31 dic 2010

De Un tal Lucas


Hace un par de días recibí los dos tomos de los cuentos de Cortázar que me enviaron Juan José Panno y Mónica Pano desde Cuentos y más. Falta me hacían, porque mis tomitos de bolsillo, sobre todo los de Alianza, estaban descuartizados después de tantos años y tantas lecturas. En un viaje relámpago a Madrid he aprovechado para enfrascarme en Un tal Lucas, creo que el único de los libros que no había leído hasta ahora, o al menos no  completo. El Cortázar más humorista y juguetón se pasea por cada una de sus páginas y, pese a que las circunstancias no eran especialmente propicias, nos arrancó unas risas con los escatológicos pudores de Lucas (no se los pierdan), sus traumatoterapias y sus sonetos rigurosos, acabados, tersos y frágilmente duros como huevos de gallina. 

De uno de los capítulos, Lucas y sus discusiones partidarias, traigo esta breve cita, pues al leerla no pude evitar acordarme del funambulista Gabriel, a quien se la dedico. Reflexión literaria trufada de guasa, pero no por ello menos certera.

[...] lenguaje e invención son enemigos fraternales
y de esa lucha nace la literatura,
el dialéctico encuentro de musa con escriba,
lo indecible buscando su palabra,
la palabra negándose a decirlo
hasta que le torcemos el pescuezo
y el escriba y la musa se concilian
en ese raro instante que más tarde
llamaremos Vallejo o Maiakovski.

Queridos escritores, que en el año 2011 le torzáis felizmente el pescuezo a la palabra para que el escriba y la musa se concilien.

27 dic 2010

El aprendiz


Gracias a que las manos de mi padre acudían en mi ayuda cada vez que una cola de milano se me atravesaba o que la labor de la taracea exigía una destreza minuciosa, la ebanistería mantuvo el prestigio después de su muerte. De noche también se aparecían, aunque al menos tenían la decencia de esperar a que hubiésemos soplado la vela. A Lisetta no parecía sorprenderle que, a oscuras, mis torpes manazas se multiplicasen por dos, ni que la hicieran estremecerse como nunca antes; y yo habría disfrutado con ella si sus agradecidos gemidos no se empeñaran en gritar una y otra vez, en lugar de Tonnello, la palabra maestro.

El aprendiz fue uno de los dos micros que acompañaron el Pasen y vean que me dedicó Agustín Martínez Valderrama en Previsiones meteorológicas de un cangrejo, quiero dejarlo también aquí con la imagen que él le escogió y aprovecho para agradecerle de nuevo su amabilidad y sus palabras.

26 dic 2010

Dos árboles tristes

Christmas Tree, de Justinaerni en Deviantart


Desinsectación

Ya no son mariposas lo que siento en el estómago cuando me acaricia. Esta Navidad adornaré el árbol con bolitas de alcanfor.

Espíritu navideño

Evita las calles comerciales en cuanto empiezan a alumbrarse con luces de colores, apaga la radio que tanta compañía le hace y arranca de un tirón las hojas del calendario. Es inútil, el árbol le crece por dentro. No lo engalanan ni cintas ni bolas, sino esos huecos viscosos que deja la ausencia.

Estos son los dos micros que aparecen publicados en la antología de la entrada anterior. Primero pasaron por la Marina de Ficticia, después por la Inter, y ahora están aquí, con su malaje a cuestas, pobrecillos.
17/2/2011 Malajes y todo, el segundo ha ganado la regata de diciembre en La Marina, y el primero ha obtenido tercer lugar compartido con otros cinco micros. ¡A ver si se les alegra la cara a los árboles!

25 dic 2010

Antología de microrrelatos navideños

Esta es la sorpresa que nos han dejado en el árbol los cinco espadas de la Internacional Microcuentista. Muchas gracias a Martín, Esteban, Fernando, Daniel y Víctor.

Feliz Navidad a los ganadoras, a los seleccionadores, a los seleccionados y a todos los que pasen por aquí.


22 dic 2010

El asistente

Old mafia, de Drink-me en Deviantart


Estaba seguro de que aquella le iba a gustar. Pequeñita, con las tetas grandes, la melena rubia y rizada y aire de colegiala pervertida. Cuando nos cuadra bien un negocio, me encarga que le busque una —de mi tipo, ya sabes— y se la lleve al Excelsior, donde la espera con una botella de Moët & Chandon, a veces me invita a la primera copa. Por la cara que puso cuando la vio, comprendí que la había cagado. Ella no se descompuso; antes de salir por pies, me dio tiempo a oírla decir: 
—Papi, por ser tú, te cobro el doble.

Esta fue mi contribución al Filandón 3.0 que se celebró el sábado pasado, un éxito por la participación y por la calidad de los textos presentados. Felicito desde aquí a los organizadores y... a esperar el próximo.

18 dic 2010

Sinvivir

La esclava blanca. Jean-Jules-Antoine  Lecomte de Noüy, 1888

No era la más hermosa de mis esclavas, pero sí tan dispuesta y generosa que era imposible resistirse a su encanto. Quince años tenía cuando la peste la arrancó de mi lado y creí que el dolor jamás se apaciguaría.

No tardó en volver. Incapaz de soportar el sufrimiento ajeno, mi amada, a escondidas, aliviaba en el Érebo la sed de Tántalo y ayudaba a Sísifo a rodar la pesada roca montaña arriba. Cuando fue sorprendida organizando cuadrillas para que las sombras de los muertos dieran un respiro a la cansada espalda de Atlas, Hades, viendo su poder amenazado, la arrojó para siempre de su reino.

Y ahora que gozo de su compañía me consume la pena de saber que su inmortalidad, ese extraño don o castigo, aleja de mí toda esperanza de reencontrarla en el más allá.

10 dic 2010

Caperucita en tiempos de Twitter

Caperucita Roja
Emilio Freixas (1939)

—Ay, lobo, ya no me devorás como antes.
—Son demasiados años repitiendo el mismo cuento, Caperucita.


Aunque ya había publicado este cuento acompañado por el resto de los hiperbreves que presenté al concurso Caperucita en tiempos de Twitter, no tengo más remedio que volver a hacerlo para celebrar que ha resultado ganador,  menudo alegrón. Y también porque se trata de una  versión es ligeramente diferente. En Cuentos y más me lo tradujeron al argentino y, mira por donde, creo que ha ganado con el cambio. Antes Caperucita se expresaba en un español  neutro, abstracto, y ahora en cambio me parece estar oyendo su voz, con acento porteño. 


Aprovecho para felicitar a No Comments, que ha recibido una de las menciones especiales del jurado.

5 dic 2010

Más en 140


Cuelga de una percha, en la oficina de objetos perdidos, un amor en bastante buen uso. Nadie se ha interesado nunca por recuperarlo.

2 dic 2010

Italo Calvino, sobre la brevedad.


Como para el poeta en versos, para el escritor en prosa el logro está en la felicidad de la expresión verbal, que en algunos casos podrá realizarse en fulguraciones repentinas, pero que por lo general quiere decir una paciente búsqueda del mot juste, de la frase en que cada palabra es insustituible, del ensamblaje de sonidos y conceptos más eficaz y denso de significado. Estoy convencido de que escribir en prosa no debería ser diferente de escribir poesía; en ambos casos es búsqueda de una expresión necesaria, única, densa, concisa, memorable.

Es difícil mantener este tipo de tensión en obras muy largas. […] La longitud y la brevedad del texto son, desde luego, criterios externos, pero yo hablo de una densidad particular que, aunque puede alcanzarse también en narraciones largas, encuentra su medida en la página única.


Italo Calvino, Seis propuestas para el próximo milenio, Madrid, Ediciones Siruela, 1998, pp. 60-61

Publico estas líneas del maestro Calvino porque creo que responden a una pregunta que me hizo Julio hace un tiempo, porque le pueden gustar a Gabriel, amigo de citas literarias, y para recomendar, a los que no las conozcan, que anoten las Seis propuestas para el próximo milenio en su agenda de lecturas imprescindibles.

28 nov 2010

Rueda en 140

Engranaje

Era un engranaje mal avenido, las ruedas acabaron a mordiscos.



Reloj

Mis dientes desgastados tienen el poder de dilatar el tiempo, pensaba orgullosa la rueda que el relojero estaba a punto de sustituir.




Rueda de molino


¡Milagro!, gritó unánime la comunidad cuando sor Mª Inés del Sagrario se elevó 15 cm. del suelo tras haber comulgado con ruedas de molino.




Aunque sólo el  tercero fue elegido por Montero Glz como finalista en el Cuenta 140 de la semana pasada, esta vez publico los tres que presenté porque me gustan. Y porque me dan la oportunidad de ilustrarlas con unas fotillos que esta vez, para variar, son mías.

26 nov 2010

Microrrelatos contra la violencia de género.

Vídeo de Pavel I. Pedraza


El entusiasmo de Ana Vidal ha puesto la pasión por los microrrelatos de un grupo de blogueros al servicio de la lucha contra la violencia de género. Yo he tenido la suerte de que uno de mis textos haya formado parte de la pequeña antología que en las voces de Salva, de Ana, de Su y de Pablo se leyó en Santa Cruz de la Palma ayer martes, 25 de noviembre, en un acto organizado por la Asociación Cultural Mareando y la asociación Violeta por la igualdad. A continuación dejo el audio que recoge sus intervenciones y todos los micros, en el orden en que fueron leídos. Para mí es un honor haber participado, aunque en pequeña medida, en esta iniciativa junto a tantas personas a las que aprecio y admiro.








Centro de atención a la mujer
Autora: Elisa de Armas, del blog Pativanesca

Me acerco y anoto sus nombres: Leda, Penélope, Dafne, Dánae, Medea, Europa… Escuchamos sus relatos y, pese a nuestra dilatada experiencia, casi nos hacen llorar: violaciones, acosos, raptos, abandonos, explotación. Por primera vez se sienten protagonistas. Les buscamos plaza en distintas casas de acogida, les asignamos abogada, procuramos atención psicológica a las más afectadas, convocamos una manifestación de apoyo y nos comprometemos a reescribir sus historias en el tiempo más breve posible.


Monstruo
Autor: David Figueroa, del blog Relatos en Línea

Estaba tan preocupada por los monstruos que imaginaba bajo su cama, que no se dio cuenta cuándo el príncipe con el que dormía se convirtió en uno.

Incomprensión
Autora: Susana Pérez Santos, del blog Aprendiz de Palabras

Necesito saber si está enfermo o es un cabrón. No comprendo sus palabras que como cuchillos se me clavan, sus gestos despectivos que me azotan, su alejamiento que me produce frío… Necesito saberlo para amarlo desde la comprensión, porque ahora mismo su amor me produce dolor.


Estocolmo.
Autor: Torcuato González Toval, del blog Todo nuevo bajo la luna

A mí me empiezan a entrar dudas. Desde esta cama veo las flores del jardín, me evocan el día que le comuniqué que me iba y, entonces, me trajo un precioso ramo de rosas. Soy un pajarillo indefenso y tú eres mi cielo, sin ti no soy nada, me dijo con las lágrimas a punto de asomar. Con eso dejaba de cuestionarme otras posibilidades. ¡Es tan dulce y detallista! Vendrá dentro de poco y esta enfermera le pone ojitos. Espero que termine pronto de cambiarme las vendas de las costillas y me traiga un espejo.


Tras los cristales negros
Autor: Pablo Garcinuño, del blog En Mal Estado

Las gafas de sol que me trajo el tío Carmelo se convirtieron de inmediato en mi más mejor tesoro. ¡Era un regalo de mayores! Y Carlos se moriría de envidia cuando me viera entrar en clase con ellas. No me las quité en toda la mañana pero cuando fuimos a comer papá me dijo que era de mala educación andar con eso puesto en la mesa. Protesté un poco y le dije que mamá a veces llevaba gafas de sol en casa, incluso en el momento de cenar. Los dos se quedaron en silencio, él y ella, y yo decidí portarme bien. No conviene enfadar a mi padre.


Familia tradicional
Autor: Jesus Esnaola, del blog El Doctor Frankenstein, supongo

Miren se despierta en mitad de la noche. Siente vacía la otra mitad de la cama. Se incorpora y se sienta en el lateral, las manos frotándose la cara. Alza la cabeza, escuchando, y le llegan el rumor de la teletienda y los ronquidos de Peio que se ha vuelto a quedar dormido en la sala, con el televisor encendido. Rebusca a oscuras en la mesilla hasta encontrar un pitillo suelto y un mechero. Se pone en pie, despacio, y camina con cuidado, evitando los listones de madera que crujen. Entra en el baño, cierra la puerta tras de sí y abre la ventanita que da al patio. Le tiemblan las manos cuando intenta encender el cigarrillo. Da una profunda calada y exhala el humo hacia el patio, espantando moscas después para que el humo no se cuele dentro a delatarla. Entonces oye un gemido, casi inaudible para unos oídos que no sean los de una madre. Otro. Tira el pitillo por la ventana y va a abrir la puerta del baño cuando Jon empieza a llorar. No cariño no llores, por favor, y los gritos son de Jon pero Miren pone las lágrimas, agarrada al pomo de la puerta del baño, sin saber si salir a callar al pequeño o hacer caso a sus piernas y quedarse sentada en el suelo, no llores cariño, vas a despertar a papá.


El monje
Autor: Kum*, del blog Haikum*

Bebían los vientos por el profesor de yoga. Adoraban su saber enciclopédico, la serena cadencia de su voz, la paz y la luz que transmitían sus palabras, sus movimientos… su mirada. Lo apodaban el monje o el buda y en secreto fantaseaban con la dicha de ser sus novias. Suspiraban…
Esta noche Clara intenta reconocerse en la imagen deformada que le devuelve el espejo. La boca rota, la nariz embarrada aún en su propia sangre, los ojos hinchados, violáceos… Un sobresalto, un escalofrío,… una voz calma, sosegada, que llega flotando desde el salón:
-Mi amor, viene la cena… o me levanto otra vez?


Breve studio de las especies
Autor: Gotzon, del blog Relatos Encallados

-Ese tic tac que escuchamos hace rato se va acelerando al ritmo que crece la atracción de la hembra por el macho. En esta curiosa especie, la hembra elige normalmente al macho con el que aparearse, no siguiendo un mismo patrón de conducta, se aparea esporádicamente con machos jóvenes y fuertes, pero la cría y convivencia la efectúa junto a otro espécimen más obeso y rutinario. En ocasiones podemos comprobar con horror como éste último termina cruelmente con la vida de la hembra, aún no comprendemos el porqué de esta sinrazón.
Y ahora analizaremos con profundidad otra especie de similares costumbres habitante del planeta tierra, el Humano…

Discusiones fatales
Autor: Miguel Ángel Molina, del blog En 99 palabras

El llanto invade la casa y no cesa hasta que la puerta de la habitación se abre y Luisito escucha la susurrante voz maternal.
- Nene no llores, ya estoy aquí.
- Mamá tenía miedo, oía voces.
- No te preocupes cariño ya pasó, mamá está ahora contigo. Duérmete amor.
- ¿Cuándo va a venir papá a darme el beso de buenas noches?
- Tranquilo cariño, papá vendrá enseguida.
A los pocos minutos Luisito se duerme sin haber recibido el anhelado beso. No sabe que ninguna otra noche volverá a tener ese beso ni el consuelo de su madre.


Meteorología de andar por casa
Autor: Niñocactus, del blog Borrón y cuento nuevo

Le gustaban las tormentas, el olor a tierra mojada que presagiaba su proximidad. Un alboroto de pájaros, vuelos y trinos que la anunciaban…
… Y en sus ojos no la vio venir.
Le gustaban las tormentas. El aire comenzando a soplar más y más fuerte. El viento formando remolinos de hojas, papeles…
… Y en su silencio no la oyó acercarse.
Le gustaban las tormentas porque a él le daban miedo; Y odiaba el miedo que él le hacía sentir…
… Y en sus manos no encontró caricias.
Le gustaban las tormentas el agua cayendo, arrastrando, limpiando. Un río sin orilla, sin océano…
… Siempre era lo mismo.
Le gustaban las tormentas porque tarde o temprano acababan.


Trampas
Autora: Belén Lorenzo, del blog Relatos para leer de pie

Empezó criticándole su forma de vestir, pero ella no le dio importancia. Pensó que sólo eran celos, como cuando la dejaba en ridículo delante de sus amigos para sentirse el centro de atención. “Hombres”, pensaba ella, “son todos iguales”. Tardó en darse cuenta de su error, porque era difícil descubrir el engaño. Él nunca le levantó la mano, ni le gritó. Su cuerpo intacto escondía una autoestima apaleada que moría día a día sin que nadie se diera cuenta.


El refugio de María
Autora: Maite García de Vicuña, del blog Historias mayúsculas en porciones minúsculas

Los insultos, los golpes y los gritos volvían a empapelar la casa. María, tapándose los oídos, fue corriendo a encerrarse en su cuarto. Buscó sus lápices de colores y en un papel en blanco pintó un enorme arco iris. Esbozó una sonrisa. Dibujó una casa roja con hermosas ventanas azules, y una puerta abierta por la que entrar a refugiarse. En el jardín, plantó un cartel prohibiendo la entrada de adultos. Despacio, introdujo primero un pie, después el otro y, finalmente, el resto de su pequeño cuerpo. Cerró la puerta. Allá dentro, los sonidos se quedaron mudos, y se sumergió en el más feliz de los sigilos. Al rato, entró su padre en el dormitorio a buscarla, arrugando el dibujo con furia y tirándolo al suelo. En ese instante los llantos perdieron su afonía y volvieron a retumbar las paredes. Se abrió la puerta del armario y una voz ronca le dijo: -María, mamá se ha caído, nos vamos al hospital.


Reconciliación
Autora: Mª José Barrios, del blog Cuentos Mínimos

Deja pasar un par de días, no la llames, no le cojas el teléfono. Luego ve a hablar con ella, pero muéstrate frío, distante e incluso cruel en un momento dado. Como si nada de aquello fuera contigo. Utiliza palabras duras, no hagas la más mínima concesión. Dile que no sabes de qué te habla, que son todo imaginaciones suyas. Deja que te grite, que te golpee, que te arañe, que te muerda, que te amenace. Échale la culpa de todo, deja que se derrumbe. Humíllala, apriétale un poco más (sólo lo justo), y entonces empieza a mostrarte algo más comprensivo. Dile algo cariñoso, juguetea con su flequillo. Abrázala, deja que se sienta bien por unos minutos. Convéncela de que te necesita. Miéntele, dile que la quieres. Y sólo al final, si lo consideras necesario, le dices que la perdonas.


Marina vuela
Autora: Ana Vidal del blog Relatos de andar por casa, a partir de una ilustración de Clara Varela incluido próximamente en el blog Escríbeme una ilustración

Marina cierra los ojos, el color azul la impregna totalmente y cuando ella también se siente azul, su globo comienza a elevarse.
Poco a poco va abriendo los ojos y empieza a ver pájaros, dando vida y sonido al paisaje. Los mira y se concentra en ellos, contempla su vuelo travieso con un destino prefijado y les imagina historias de amores y hogares por el mundo.
Cuando mira abajo ve los campos que se extienden bajo el aire, ordenados y cuadriculados como baldosas de vida.
Siente como una nube absorbe su globo hasta no ver nada más que la nube, sintiendo su frío y humedad, y por capricho vuelve a soltarlo, inundándose de nuevo de ese color azul con el que se siente tan segura.
El mismo azul de las baldosas del baño, donde María se esconde cuando papá entra en casa dando un portazo.


Monstruos
Autor: Avelino Vallina, de Ebude

La despertó su aliento de alcohol y tabaco y su cuerpo comenzó a temblar. Ahogó como pudo los sollozos porque no quería que sus hijos la oyeran. Intentaba desvestirse antes de que él le hiciera más daño arrancándole la ropa, mientras él forcejeaba y la insultaba y se enfadaba cada vez más.
La poseyó con violencia, pero ella todavía no sentía el dolor físico, eso llegaría después, ahora se desesperaba con sus gemidos y sus insultos temiendo que los niños pudieran oírle.
El suplicio duró unos minutos eternos, los que tardaron en llegar los golpes y una nueva avalancha de insultos, hasta que, agotado, se quedó por fin dormido.
Se levantó en silencio, se echó por encima lo primero que encontró, se limpió la cara de babas y sangre y se acercó a la habitación de sus hijos con el corazón encogido.
Comprobó aliviada que dormían y regresó a la cama.
Se despertó llena de angustia, estiró con miedo la mano hacia el otro lado de la cama: él todavía no había llegado.

20 nov 2010

Asuntos de familia

Sin título (1965)
Eduardo Úrculo



Llevabas una semana muerta y ya eras otra, tan distinta que, si te fuese dado regresar, no te habríamos reconocido. En nuestras conversaciones la tacañería se transformaba en austeridad, el despotismo en guía atenta y vigilante, las humillaciones en suaves correctivos y la crueldad en desvelos. Hasta parecía que habías sido capaz de sonreír y de besar, que nunca te había apestado el aliento a ginebra. A los quince días empezaron a murmurar a mis espaldas y al cumplirse un mes, escandalizados, me denunciaron. A ver cómo le explico al juez que sí, que el gatillo lo apreté yo, pero sólo porque me tocó la carta más alta.

11 nov 2010

Paraíso


Desde el aire, el hombre civilizado se siente dueño de la inmensa extensión amarillenta, salpicada de acacias, donde pastan jirafas, antílopes y ñus. La trocea caprichosamente y la almacena en diminutas tarjetas de memoria. Al atardecer, en el porche que rodea la piscina, irá construyendo para sí el relato de safaris y aventuras con que asombrará a sus amigos al regreso.

En el suelo, la pequeña gente del desierto. Un hombre san envenena la flecha que abatirá una de las dos piezas que se le permite cobrar al año. Los niños beben agua que el rocío deposita en las hojas. Las mujeres hurgan con sus palos en busca de raíces. De noche dormirán sobre la arena usando sus hombros de almohada y soñarán con la tierra de sus ancestros. La tierra de la que fueron expulsados, la que esconde el pozo al que se les prohíbe acceder, el mismo pozo que abastece la piscina del Kalahari Plains Kamp donde reposa el hombre civilizado.

Este microrrelato resultó ganador en el concurso del mes de octubre convocado por Minificciones.com.ar.


9 nov 2010

Cuenta 140

Fotografía de Susy The Butcher, en Deviantart



Los cazamos con redes. Las plumas las compran las chicas del cabaret; el resto, para los perros. La carne de ángel no tiene sabor ninguno.


Este fue uno de los textos que a Montero se le olvidó incluir entre los finalistas de la semana pasada. En desagravio, a los olvidados nos regalan su último libro, aunque yo lo habría cambiado gustosa por haber aparecido en el listado junto a Lola y Daniel, así soy de vanidosa. Menos mal que en Cuentos y más me han dado la alegría de colocar hoy, en portada, una de mis Caperucitas.

2 nov 2010

Nueve Caperucitas para Cuentos y más

Cuentos y más, con motivo de su incorporación a Twitter, convoca el concurso de microtextos  Caperucita Roja en 140 caracteres. Como estoy desde el viernes con gripe, entre guisoteos, fregados y coladas, ya llevo nueve. A ver si consigo la docenita...


Del deseo

Ay, lobo, ya no me devoras como antes.
Son demasiados años repitiendo el mismo cuento, Caperucita.



Caperucita tuvo su primer orgasmo cuando, tras 20 años de matrimonio, le pidió a su cazador que se disfrazara con la piel del lobo.

De la traición

Harta de su doble vida, Caperucita le dio un ultimátum: No aguanto más esta situación, lobo, o con los tres cerditos o conmigo.



Furiosa, Caperucita puso al lobo de patitas en la realidad. Eran ya demasiados años pegándosela con los siete cabritos.

Del pasado

Triunfa la rebelión proletaria contra los Príncipes Azules encabezada por Caperucita Roja. Cenicienta condenada por alta traición.

Del presente

¿Abuelita, dónde vas?
A cuidar de mi nieta Caperucita, que está malita y no puede ir al cole, y a llevarle a su mamá la comida para toda la semana.


Hoy día el lobo viaja en avión y paga en dólares con los que exóticas Caperucitas alimentan a las abuelas y al resto de sus numerosas familias.

Caperucitas engañadas por lobos explotadores y astutos hay muchas. Para la mayoría, los cazadores justicieros son sólo un sueño.

Del futuro

Antes de contarles el cuento de Caperucita tenemos que darles una lección de Paleobiología. Para que comprendan los términos bosque y lobo.

Algunos tienen más de 140 caracteres porque, como para publicarlos aquí no es necesario cumplir el requisito, los he modificado un poco.

30 oct 2010

Los versos de Miguel Hernández inundan la Red

Miguel Hernández dibujado por Benjamín Palencia
Hoy se cumplen 100 años del nacimiento de Miguel Hernández, poeta al que hemos ido recordando en Internet con numerosas actividades. Hagamos que la Red se inunde con sus versos.
Un hogar en el árbol

Un día Nita vio un nido en el árbol, que había junto a su ventana.
-¡Toñito! -dijo a su hermano-. Se ve un nido en el árbol. Y dentro hay huevos. ¡Uno, dos, tres, cuatro huevos!
En esto, vino un pájaro loco al árbol, se fue derecho al nido y se sentó sobre los huevos.
¡Mira! ¡Mira! -dijo Toñito-. Hay un pájaro. Es el pájaro madre.
-¡Si! -dijo Nita-. Yo veo al pájaro padre también. ¡Qué feliz es!
Una mañana Toñito dijo: “¡Ven conmigo Nita! Mira el nido ahora”.
Nita miró el nido. Adivina qué vio dentro.
-¡Ooooooh! -dijo la niña-. ¡Uno, dos, tres, cuatro pájaros pequeñitos! ¡Qué graciosos pájaros tan pequeñitos!
Pronto los pajaritos se hicieron grandes. Y querían volar.
-Mira -dijo uno de ellos a los otros!- Yo puedo volar. ¿Queréis verme volar?
¡Hop, hop, hop! Y el pajarito que quería volar cayó en tierra al intentarlo.
Vino el pájaro madre. Y también vino el pájaro padre.
Ellos no podían ayudar a su hijito, que se les había escapado del nido.
Pero Nita le cogió al pie del árbol.
-¡Ven aquí, Toñito! -dijo la niña-. Este pequeñito cayó del nido. Nosotros debemos ayudarle.
Tomó Toñito el pequeño pájaro, subió con él delicadamente sobre el árbol y le puso dentro del nido. Un día el pájaro padre dijo:
-¡Venid, venid, venid, hijitos míos, pajarillos de mi corazón! Ahora ya podéis volar. ¡Volad, volad conmigo!
El pájaro madre también dijo:
-¡Volad, niñitos míos y del aire! ¡Volad, volad conmigo!
Y los cuatro pajarillos echaron a volar. Y el pájaro padre iba delante. Y el pájaro madre iba detrás. Nita y Toñito les despidieron gritando:
        Hasta la vuelta, pequeñuelos
        y que no os vayáis a perder
        en las estrellas de los cielos.
        Venid siempre al atardecer.


                Miguel Hernández (Tomado de El Cultural)

Pativanesca se suma a la iniciativa del portal el portal Leer.es y los blogs A pie de aula, Blogge@ndo, Repaso de lengua y Tres Tizas para inundar los blogs y las redes sociales con los versos del poeta, aunque en lugar de un poema he elegido uno de los relatos que escribió Miguel en la cárcel para su hijo Manolillo, usando como soporte papel higiénico.

Si deseas escuchar algunos de sus poemas puedes visitar la antología poética realizada por un grupo de profesores en Voxopop.

23 oct 2010

Desparejados

Hojas de otoño en Galaroza

La tortuga se escondió debajo de la piedra grande. Fue el primer indicio del otoño. Hoy ha aparecido la lluvia. Debajo de la cama, hecho un gurruño y cubierto de pelusas, un calcetín gris con lunares rojos desbarata el alegato contra la melancolía que me esfuerzo en construir cada mañana, el brillante abogado rebatido por un triste despojo. Y tan desarbolado como él, tecleo maquinalmente un número. El que eliminé de la lista de contactos y no consigo borrar de mi propia e imperfecta memoria.

R.A. ha tenido la amabilidad de avisarme de que este micro ha sido seleccionado en el Concurso de Microrrelatos de Abogados del mes de octubre. Las palabras que debían ser incluidas este mes eran alegato, indicio, calcetín, tortuga y lluvia.

17 oct 2010

Reincidente

Imagen de Alejandro Gelaz



Mientras yacía sobre el helado suelo del lager recibiendo las patadas del capataz  reviví fugazmente anteriores encuentros: me vi agonizando en el banco de la galera turca, atravesado por el tridente de un reciario en la arena de Pompeya, aplastado por el bloque de piedra que acarreaba para cimentar el palacio de Persépolis. Sin siquiera la esperanza de alcanzar el eterno descanso, seguí dócilmente, una vez más, al ángel de la muerte.

10 oct 2010

De natura angelorum




Arcangelus Michael, de José Luis Muñoz


Intentando evitar que los ángeles, al caer el sol, abandonaran sus puestos en los coros y descendieran en bandadas a la tierra para acariciar a las muchachas dormidas, Dios ordenó a Miguel que los castrase con su espada de fuego. Es bien sabido que esta mutilación permitió que sus voces alcanzaran tesituras de agudeza insospechada; y que dio origen a profundas controversias sobre su sexo; pero no que, solitarios y furtivos, algunos continúan desertando al anochecer, indiferentes al miedo y al castigo: los que sueñan con entregarse a los muchachos.

7 oct 2010

Del canto de los ángeles


Templanza, de José Luis Muñoz

Los ángeles, al caer el sol, piensan que éste se hunde para siempre en las tinieblas y lo despiden con cánticos desgarrados, que el discurrir de la noche transforma en fúnebre salmodia. Al amanecer, el inesperado regalo de la luz les inspira himnos melodiosos y alegres, cuajados de aleluyas. Así, un día tras otro, la ausencia del don de la memoria les permite sufrir la áspera condena de ser eternos.

6 oct 2010

Costumbres de los ángeles





Al caer el sol los ángeles empezaron a agitar sus alas con tan inusitada violencia que las últimas sombrillas salieron volando y obligaron a retirarse a los bañistas rezagados. Las siguieron las hamacas, las farolas del paseo marítimo, las boyas que marcaban las zonas de baño, las duchas y los quioscos de bebidas. Tras el vendaval nos cogimos de la mano y paseamos por la playa como si estuviésemos estrenando el mundo. Tú asegurabas que aquel acelerado batir era su forma de celebrar nuestra felicidad. Yo estoy convencido de que reaccionan así cuando mueren de envidia.

30 sept 2010

Jugando sucio


Era superior a nosotros. Desde que Los Coloraos colocaban al chivato del Juanra de portero, no volvimos a meterles un gol. Seguíamos chutando con todas nuestras fuerzas, claro, pero siempre a dar.

26 sept 2010

Desafortunada en amores...


Siempre has sido un cobarde. Mira que despedirte así, después de treinta años. ¡Una nota sujeta al frigorífico con los imanes que compramos en Palma! Mientras la hago una bola y la tiro a la basura decido prepararme un café bien cargado y una tostada de ese pan de miga blanca y apretada que tanto me gusta con un buen hilo de aceite de oliva. Ya aprovecho, que hoy viene tu hija con los niños a comer, y dejo listo el refrito del arroz: cebolla picadita y dorada, pimiento verde, ajo y dos tomates del huerto de Almudena, de caldo espeso y dulzón, humean en el perol y funden los aromas. Me retoco los labios y salgo a ver qué tiene a buen precio el pescadero y a comprarme el cupón de los ciegos. ¿Sabes qué? Hoy, seguro, seguro que me toca.

21 sept 2010

Dos a uno en blanco y negro



Las visitas transcurren con una amabilidad desconsolada, como de extraños; hasta que, justo antes de marcharme, cada día le pregunto por aquella alineación del Madrid, la que en nuestro recién estrenado primer televisor le ganó al Partizán la copa de Europa del 66. Una mueca casi infantil le enciende el rostro mientras enumera: Araquistáin; Pachín, De Felipe, Zoco; Sanchís; Pirri... Y en ese mínimo jirón de la memoria, mi padre y yo nos reconocemos.

21 de septiembre, Día Mundial del Alzheimer.


18 sept 2010

Momento de gloria


Todos sus intentos habían terminado en fracaso: nunca destacó en el ámbito académico, carecía de dotes artísticas, la política la aburría y su físico no le permitía aspirar a ser ni top model ni estrella cinematográfica. Cuando  encontró un tipo que se volvió loco por ella y le propuso matrimonio, entrevió su oportunidad de alcanzar la fama. Apenas escuchó del sacerdote el “os declaro marido y mujer” se arremangó la blanca falda de seda salvaje, extrajo el revólver que sujetaba con la liga azul y disparó a bocajarro sobre el novio sin la menor compasión, al fin y al cabo quien era capaz de enamorarse de alguien tan mediocre como ella no merecía vivir.

Fue portada de varios periódicos de sucesos y su matrimonio hiperbreve, inmortalizado en el libro Guinness de los records.

Una versión de este microrrelato consiguió la primera mención en el concurso de septiembre de 2009 convocado por minificciones.com.ar. En aquella ocasión el jurado fue el escritor Pablo Urbanyi, David Moreno resultó ganador y Claudia Sánchez recibió la segunda mención.

16 sept 2010

Romances y minificción



Los romances son composiciones poéticas de origen medieval que se incorporaron a la tradición oral y alcanzaron una amplia difusión tanto en España como en la América de habla española. Hasta entrado el siglo XX los romances continuaron cantándose, especialmente en las zonas rurales, hasta que los nuevos medios de comunicación provocaron su sustitución por los nuevos tipos de canción popular y los convirtieron en objeto de investigación y estudio de los folkloristas.

José María Merino, en su artículo “De relatos mínimos” ha señalado que el origen remoto del microrrelato en español está en los diversos tipos de relatos brevísimos de la Edad Media (facecias, cuentos, fábulas y apólogos). Los romances, pese a estar escritos en verso y a utilizar algunos recursos propios del lenguaje poético, presentan para el lector actual una mayor modernidad que la prosa medieval —en gran medida porque suelen prescindir del carácter ejemplarizante de ésta— y, en mi opinión, tienen algunos rasgos que pueden parangonarse con la minificción contemporánea.

El investigador Ramón Menéndez Pidal consideraba que los romances tenían carácter épico-lírico y es en esta mezcla de géneros donde se puede apreciar un primer punto de conexión entre el romance y la minificción, caracterizada ésta última también por la hibridación de géneros, pues a su indudable carácter narrativo se une en ocasiones una alta intensidad poética.

En segundo lugar, Menéndez Pidal consideraba que los primeros romances fueron fragmentos desgajados de los antiguos cantares de gesta; se trataba de episodios dotados de esencialidad, de una fuerte intensidad dramática muy del gusto del público que, conocedor del marco en que se encuadraban, deseaba escuchar o memorizaba sólo aquella parte del texto. Ejemplo claro de esto sería el conocidísimo romance de “El prisionero” —que formaba parte de un texto más extenso, con desenlace incluido— en el que en dieciséis versos y setenta y tres palabras se nos narra un mínimo motivo, la pérdida de una avecilla que permitía al protagonista contar los días y que, al ser muerta por un ballestero, le hace perder definitivamente la noción del tiempo y, con ella, tal vez la cordura. Este fragmentarismo conlleva el comienzo in media res, el final abierto —en algunas ocasiones abrupto— y la concentración expresiva, elementos todos que, al igual que ocurre en la minificción, exigen una alta participación del receptor (oyente o lector) para completar los huecos que el texto deja abiertos a su interpretación.

Una última concomitancia que me gustaría señalar es que, así como los autores de minificciones o microrrelatos toman como punto de partida las obras más conocidas de la tradición literaria universal, los romances utilizaban también fuentes diversas, en las que entraban a saco sus compositores. Hay romances procedentes de la Biblia, de la tradición carolingia, de la clásica, de los mitos artúricos, de la historia de España… Todo texto que contuviese un motivo capaz de conmover intensamente a los receptores era susceptible de ser utilizado y reelaborado con suma libertad (aunque sin el carácter eminentemente paródico propio de la minificción contemporánea).

Ejemplificar cada una de las afirmaciones anteriores conllevaría un desarrollo excesivo para estos apuntes, por tanto sólo dejo como ejemplo un bellísimo romance, de origen bajo medieval que bien podría considerarse un microrrelato y que, por su temática, está emparentado con el conocido cuento de procedencia oriental “El gesto de la muerte”.

Romance del enamorado y la muerte

Un sueño soñaba anoche soñito del alma mía,
soñaba con mis amores, que en mis brazos los tenía.
Vi entrar señora tan blanca, muy más que la nieve fría.
—¿Por dónde has entrado, amor? ¿Cómo has entrado, mi vida?
Las puertas están cerradas, ventanas y celosías.
—No soy el amor, amante: la Muerte que Dios te envía.
—¡Ay, Muerte tan rigurosa, déjame vivir un día!
—Un día no puede ser, una hora tienes de vida.

Muy deprisa se calzaba, más deprisa se vestía;
ya se va para la calle, en donde su amor vivía.

—¡Ábreme la puerta, blanca, ábreme la puerta, niña!
—¿Cómo te podré yo abrir si la ocasión no es venida?
Mi padre no fue al palacio, mi madre no está dormida.
—Si no me abres esta noche, ya no me abrirás, querida;
la Muerte me está buscando, junto a ti vida sería.
—Vete bajo la ventana donde labraba y cosía,
te echaré cordón de seda para que subas arriba,
y si el cordón no alcanzare, mis trenzas añadiría.

La fina seda se rompe; la muerte que allí venía:
—Vamos, el enamorado, que la hora ya está cumplida.

En el caso de que alguien desee escuchar la interpretación de este romance, en YouTube pueden encontrarse varias excelentes versiones, entre ellas la del cantautor chileno Víctor Jara, la del folklorista zamorano Joaquín Díaz y la del cantante berciano Amancio Prada, dotada esta última de un intenso dramatismo que se ve reforzado por el uso de la zanfoña como único instrumento de acompañamiento.


Este miniensayo ha sido elegido por Lauro Zabala como ganador del concurso de nerdades del la Marina de Ficticia en el mes de agosto de 2010 y publicado en el blog Ficción Mínima.

31 ago 2010

La criadita

Imagen de Alejandro Gelaz

Aquella chiquilla feúcha y enfermiza que ayudaba a la asistenta en las faenas estaba segura de que sólo un beso de amor podría devolver al joven su primitiva apariencia; por eso se empeñaba en ser ella quien le llevase el agua y quien retirase los restos de la comida que él ya no probaba. Antes de entrar en la alcoba, desoyendo las risotadas de la mujerona, pintaba cada día sus labios de rojo, se arreglaba las trenzas e intentaba disimular las marcas de viruela con polvos de arroz. Gregorio Samsa, sumido en la desgracia, jamás le prestó atención. Franz Kafka ni siquiera consideró necesario mencionarla en la crónica de los hechos.

Este microrrelato resultó ganador del primer premio en la convocatoria de agosto de 2010 del concurso de minificciones.com.ar . Estuvo acompañado en el podio por Deja de mirarme, de Isabel Mª González, y Liquidación navideña, de Claudia Sánchez.

26 ago 2010

Renovadas ilusiones

Imagen tomada del blog Bucarestinos

La mujer de la foto sonríe. Es una sonrisa persuasiva, que no llega a resultar insinuante. Su mirada transmite confianza en sí misma, tanta que cuesta trabajo creer que me necesita. Hace semanas que sus palabras me prometen estabilidad, seguridad, diálogo, valores que en mis buenos tiempos hubiera despreciado, pero que en la madurez empiezan a resultarme atractivos; de felicidad no habla nunca, sería demasiado tópico. Había jurado que no volvería hacerlo –he sufrido ya demasiados desengaños–, pero me ha hecho picar una vez más: no he podido evitar introducir en la ranura esa precisa papeleta, la que va encabezada por su nombre.

22 ago 2010

Listas III


Sala de espera

Me acerco y anoto sus nombres Zeus y Hera, Afrodita y Hefesto, Dido y Eneas, Medea y Jasón, Menelao y Helena, Agamenón y Clitemnestra, les pido que me rellenen la ficha de datos y les voy entregando número por orden de llegada. No sé por qué, pero intuyo que mi jefa, la mediadora familiar, no lo tiene fácil esta tarde.

Actualización (6/3/2011)
Este micro resultó ganador, junto a otros dos, en la regata de la Marina de Ficticia (noviembre de 2010).

18 ago 2010

Listas II


Centro de atención a la mujer

Me acerco y anoto sus nombres: Leda, Penélope, Dafne, Dánae, Medea, Europa… Escuchamos sus relatos y, pese a nuestra dilatada experiencia, casi nos hacen llorar: violaciones, acosos, raptos, abandonos, explotación. Por primera vez se sienten protagonistas. Les buscamos plaza en distintas casas de acogida, les asignamos abogada, procuramos atención psicológica a las más afectadas, convocamos una manifestación de apoyo y nos comprometemos a reescribir sus historias en el tiempo más breve posible.

Este microrrelato participó en el Vendaval de micros 2010, organizado por Pablo Gonz.

14 ago 2010

Listas I


Reciclaje

Me acerco y anoto sus nombres: Hércules, Teseo, Eneas, Ulises, Aquiles, Patroclo… Son guapos. Lástima de cuerpos heridos, destrozados, castigados por la lucha y las penalidades. Nuestros mejores cirujanos plásticos disimulan sus cicatrices; se les realiza un peeling para eliminar células muertas, una limpieza de cutis y un tratamiento de microcápsulas rejuvenecedoras; devolvemos la vida a sus cabellos con mascarillas hidratantes y les enseñamos a moverse de forma sensual, abandonando esos modales cuartelarios tan poco favorecedores. Ahora sí. Con estos nuevos modelos el desfile de la colección otoño-invierno tiene el éxito asegurado.

9 ago 2010

Terror de página en blanco


Queen Mab, the Bringer of Dreams, de Howard David Johnson

Fingiéndose dormido el escritor consiguió capturar a la reina Mab, partera de las ilusiones, y la encerró con llave de oro en un arca diminuta. Tan sólo le permitía salir de noche para que paseara sobre las puntas de sus dedos manchados de tinta, que amanecían así cargados de tramas ingeniosas y palabras certeras.

Pero, al tiempo que languidecía en el cautiverio, las historias de Mab se fueron volviendo acartonadas y sin vida, hasta que la pena la adelgazó tanto que, a través del ojo de la cerradura, logró recuperar la libertad.

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5 ago 2010

Refinado vengador

Llegada de Lohengrin,  de August von Heckel, 1880/81

Tras el estreno de la ópera Lohengrin, patrocinada por la fundación cultural que preside, el Gran Cisne desmintió la noticia del inminente cierre de su fábrica de foie “El patito feo”.

—Puedo demostrar —declaró— que sólo empleamos como materia prima órganos de especies inferiores.

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30 jul 2010

Cara y cruz

Cómo Sir Galahad, Sir Bors y Sir Percival son alimentados con el Santo Grial, pero la hermana de Sir Percival muere de todas formas, de Dante Gabriel Rosetti (1864)

El destino, heredado de su padre, obligó al enigmático Galaad a perseguir el Grial. Sólo después de haberlo alzado entre sus manos pudo desprenderse de la ceñida cota de malla, liberar sus senos y desaparecer tomada de la mano de su escudero, el único, entre tantos caballeros, que mirándola a los ojos había conseguido desentrañar su secreto.

Cuando el tiempo la redujo a unas manos de uñas rotas y a un vientre condenado a parir los hijos que, año a año, le arrebataban el hambre y las guerras, lamentó haber renegado de ser aquel puro caballero asexuado que aún hoy día sigue dando pábulo a las leyendas.


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24 jul 2010

Pequeñas crueldades


Angelette, de Mathilde, en Devianart


Desde que papá y mamá no están, la abuela se viste de negro y la prima Adela, que sabe leer, viene todas las tardes.

—Entretiene tanto a la pequeña —dice la yaya a las visitas—, es un auténtico ángel.

Adela me lleva al dormitorio de la mano y cada día escogemos un libro de cuentos; no entiendo por qué todos empiezan igual: «Érase una vez un rey y una reina que tuvieron que emprender un largo viaje. Tras dejar a su hija, la princesa, en casa de la madrina, partieron en una veloz carroza. De pronto, al doblar una curva…» Cuando llega aquí, me tapo los oídos y me quedo muy quieta en un rincón. Ella continúa leyendo hasta la hora de la cena, aunque ya sin mover los labios.

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23 jul 2010

Premio Dardo y Blog de Oro



De manos (virtuales) de Gabriel Bevilaqua recibo el premio Dardo y Blog de Oro. Ya le he dicho en El elefante funambulista que lo mejor del premio, para mí, es que viene de su parte. La lectura de sus "minis", los sucesivos encuentros en distintos portales y sus estimulantes comentarios me animan constantemente a escribir, de forma que, junto al premio, le agradezco también todo lo demás.

Ahora me toca a mí entregar la distinción, tarea complicada porque leo muchísimos blogs, relacionados con mis distintas obligaciones o devociones, pero aquí tendría que destacar aquellos que puedan interesar a los intereses de los lectores de Pativanesca. Como el premio lleva un par de días de ronda por el círculo de microrrelatistas que frecuento, la mayoría ya lo ha recibido, así que voy a intentar llamar la atención sobre algunas bitácoras que están al margen de este grupo de habituales que nos leemos y comentamos. Y, como mis predecesores, las coloco en orden alfabético, que es un orden de lo más imparcial. En cuanto a los "nominados", les aclaro que, por supuesto, son libres de seguir o no la cadena, se trata de un reconocimiento, no de una obligación.