El caballero de la Blanca Luna derrota a Don Quijote
El caballero de la Blanca Luna, tras derrotar al de la Triste Figura, descabalgó y se le arrimó para escuchar las débiles palabras de la rendición. Fue así como se le contagió la cruel enfermedad de la fantasía y, a imitación del vencido, se lanzó a la búsqueda de una dama que pudiera parangonarse con Dulcinea del Toboso y de aventuras en las que probar la fuerza de su brazo. Mas ocurrió que la Luna, que no perdona a quienes toman su nombre en vano, lo privó del don de la locura, de modo que no encuentra señora cuya hermosura sea digna de su amor ni empresa alguna merecedora de su afán. Y desde entonces vaga por el mundo, cuerdo y anhelante, como un desgarro entre la realidad y el deseo.