31 jul 2013

Mater amatisima

Pablo Picasso, Madre e hijo


En el primer cajón de la cómoda, entre decenas de mechones —atados y fechados— que van del rubio primigenio al castaño oscuro, se agazapa un juego completo de dientes de leche. De las paredes cuelgan cientos de instantes inolvidables en los que el protagonista es su único retoño. Los armarios y arcones rebosan de jerseicitos tejidos a mano, disfraces, kimonos y cinturones de kárate. En la habitación del hijo se acumulan dibujos, cuadernos repletos de una caligrafía deshilvanada, manualidades y una colección de vídeos caseros, testimonio minucioso de sus primeros trece años de existencia. Las visitas de Carlos, a quien abochorna la contemplación de ese exhaustivo museo de sí mismo, se han ido espaciando hasta llegar a ser casi inexistentes. Doña Rosa, atareada en limpiar, doblar, etiquetar y organizar cada pieza, aún no lo ha advertido.


Este es uno de los textos que han recibido mención por parte de Mar Horno, jurado en el concurso del mes de junio en la Marina de Ficticia. La mini ganadora, el resto de las seleccionadas y los comentarios de Mar pueden leerse en la Bitácora de la Marina.

11 comentarios:

  1. Mola. Si me quitas la “entrañable” pieza te lo compro.
    ;-)

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    1. Ay, chiquillo, lo que hay que hacer por venderte algo. Pero clientes como tú hay pocos. ¿Solo entrañable? ¿O pieza también?

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    2. Me basta con quitar el adjetivo, o con recolocarlo ;-)

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  2. Tienes un público duro, je je,pero estoy de acuerdo con Jesus, me gusta más la pieza suelta.

    Ay, que nos empeñamos en coleccionar rastros de una vida para recordarla, y nos olvidamos de vivirla. Muy bien relatado Elisa.

    Un pedazo de abrazo.

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  3. Yo a Carlos, el hijo, le entiendo. Eso aí, pongo una vela para que la madre no se entere.

    Me gustó mucho, que conste y que te enteres.
    Buen verano

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  4. Retrato nítido de la diversidad evolutiva.
    La madre que se cuelga en el pasado, el hijo que avanza y no le interesa andarlo cargando.

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  5. Quizá ella se sigue sintiendo madre de aquel retoño que tanto la necesitaba, no de este.
    Pero qué bueno, Elisa, es un gusto leerte.
    Claro, y Mar te reconoció, si es que con el talento ya se sabe...

    Dos abrazos, uno para ella por escogerte, y otro para ti por provocarla.

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  6. Elisa, tu microrrelato me gustó mucho y ahora me alegra enterarme de que es tuyo.Y te digo que "entrañable", me gusta, personalmente, claro. Un beso.

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  7. El micro es muy bonito y está muy bien relatodo. Es muy visual, y en un principio me ha recordado el cajón superior de la cómoda de mi madre. Me daba pavor meter las manos cuando me obligaba a buscar algo, ufff.
    Enhorabuena.
    Besicos muchos.

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  8. Así que eras tú. A mí se me hace claustrófobico, me pongo en lugar del espécimen y me dan ganas de huir. Supongo que eso es un éxito. Enhorabuena.

    Abrazísimos.

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  9. Un relato fantástico. Hay muchas madres que solo son madres de niños, desde que han nacido. Cuando sueñan con ser madres, sueñan con el niño que tendrán. Cuando dejan de ser la madre de un niño, viven para recordar ese niño que tuvieron. El adulto, claro, puede sentirse incómodo y hasta celoso. Lo has retratado muy bien, a mí me deja mucho poso la historia aún con su gracia y con esa expresión suavemente irónica.
    Un abrazo, me encanta lo que haces.

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