Edvard Munch, Muchacha peinándose el cabello |
El viajero que al anochecer arribe al puerto de Lavinia y decida recorrer sus calles podrá contemplar, a través de las pantallas de papel de arroz que cubren las ventanas, las siluetas de sus mujeres, que se peinan antes de acostarse. Si la noche es calma y aguza el oído, la vibración del papel le traerá el tañido impaciente del cabello de las muchachas que no conocen el amor; la música de los rizos al desenroscarse en manos de los amantes; los ásperos lamentos de la melena de las abandonadas; el crepitar que producen las ancianas al trenzarse las canas mientras ruegan al ángel de la muerte que no las señale aún con su dedo implacable.
Los dedos de ese navegante no volverán a acariciar la cabellera de una mujer amada sin que lo desasosiegue el recuerdo de las melodías que escuchó en Lavinia.
Entiéndase el texto como homenaje a Las ciudades invisibles, de Italo Calvino.
Este micro me gustó mucho desde el principio, como ya sabes, y aunque no sabía ciertamente a quién le correspondía, lo intuía. Como dije en su momento, podría ser una más de las ciudades invisibles.
ResponderEliminarSaludos cordiales
PD. Me parecieron muy interesantes y aleccionadoras las distintas opiniones sobre el texto y cómo influye la concepción de lo que puede ser una microficción en el destino de un texto.
:-) Cada vez me gusta más eso de esconderme tras los seudónimos. Fue divertido que prácticamente toda la conversación con José Luis se hiciera públicamente y que hubiera más gente que comentara y participara (al final, el Águila y yo tuvimos alguna discrepancia por un tiempo verbal).
EliminarAhora que tanto se habla de la ABLACC como alternativa a los comentarios laudatorios automatizados me acuerdo de los comentarios tremendos que hacen algunos ficticianos y me hace gracia. Me acuerdo de un repaso que me pegó el Sapo que todavía me tiene sin aliento.
Al empezar a leer me han venido a la mente Kavafis y sus viajes oníricos por el Mediterráneo. Tal vez se me hace larga la segunda frase, que imagino que podría dividirse y aumentar la calidad descriptiva de esas mujeres y sus detalles sin llegar a mezclar tantos conceptos. Suelo defender las frases largas cuando mantienen un hilo narrativo o descriptivo único, pero si se agolpan demasiados elementos, es más fácil absorberlos de poco en poco.
ResponderEliminarPotente en la imagen y el mensaje, Elisa. Buena historia.
Hank, gracias por la sugerencia. Creo que es una buena idea, voy a ver cómo lo consigo. ¡Viva la ABLACC!
EliminarMe ha encantado. El cuadro también. El cabello siempre ha sido un elemento muy erótico, y a través de él haces un recorrido por la vida y por los sueños. Un beso.
EliminarGracias, Mar, tuve suerte al encontrar el cuadro. Hay varios muy hermosos de Degas con mujeres peinándose, pero este es menos conocido; además aparece la ventana y crea una atmósfera que me parece que va muy bien con el texto.
EliminarMe gusta ese sonido diferenciador del cabello según quién sea su dueña.
ResponderEliminarEs un micro delicado y delicioso.
Un abrazo.
Gracias, MJ, esa idea es de las que soplan las musas, tal vez se le pueda seguir sacando partido, ya veremos.
EliminarCoincido con Hank en que la segunda frase se me hace larga. He tenido que releerla para apreciarla.
ResponderEliminarAunque me ha gustado mucho y creo que eres de los mejores escritores de micros que hay por ahí, especialmente a la hora de crear atmósferas y ambientaciones, permíteme un comentario: amagas con la izquierda, pero golpeas con la derecha. Me explico ;) Hablas de mujeres "vistas" al trasluz (tremendo comienzo, prometedor), pero abandonas esa idea y empiezas a hablar de sonidos, tactos, no sé si olores... A mí me ha desconcertado un poquito. Quizás no hubiera hecho falta hablar de imágenes al trasluz, simplemente de los sonidos que escapan de las ventanas de las casas... No sé si me he explicado.
Buena historia en todo caso.
Depropio, Depropio, que no hay que empezar echando flores para hacer una crítica. Como te coja Hank te despelleja :-).
EliminarLo de la frase inicial voy a intentarlo. Este micro lleva muchas vueltas previas, no me ha resultado fácil de redactar. Por otra parte es un texto que se aleja de los moldes habituales de los micros y que hay a quien le ha gustado y a quien no. Yo lo dejo en la categoría de experimento (no por que sea rompedor, que a mí me tira lo clásico, sino porque apenas contiene historia).
Me gusta la idea de que si se calla todo se pueda oir el peine pasando por el pelo. Y diferenciar, por el sonido, a cada mujer.
ResponderEliminarDifiero de depropio (normalmente no leo los comentarios antes), si no hay imagen el viajero no tendrá motivo ni interés para aguzar el oído. Oiría sonidos que para nada relacionaría con el cabello de las mujeres.
Un abrazo, Elisa, un saludo, depropio.
Me gusta tu observación, la imagen es motivo para aguzar el oído, eso despeja las dudas que me creó Fer. Gracias por es lectura tan aguda, a mí no se me habría ocurrido.
EliminarDesde el vamos me pareció un micro muy delicado. Me gusta así como está. La cuestión del pelo tiene sus vueltas y hay toda una mística al respecto. Esto de que el sonido del cabello delata la situación emocional de la mujer me ha parecido un hallazgo de tu parte; muy interesante, muy visual a pesar de que habla de sonidos.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Elisa.
Gracias, Mónica, voy a darle una vuelta a la frase inicial. Si cuando lo haga vuelves a pasar por aquí, puedes decirme si mejora o no. ¿Andas de viaje? Porque sigues de vacaciones, ¿no? Disfrútalas.
EliminarA mí me parece un micro hecho con un lenguaje exquisito y un gran dominio de la atmósfera. Discrepo sobre que esté de más ese trasluz, a mí me llena la vista la silueta dibujada por sombras en la ventana, y el tener que adivinar a quién corresponde según los sonidos que emite su melena al ser cepillada, me resulta una idea excelente.
ResponderEliminarGracias, Maite, el trasluz se queda, pues, por mayoría. Un placer leer la huella de tu visita.
EliminarPara estas cosas, como para la música, soy muy primitivo: o me gustan o no y normalmente no entro a analizar el por qué. Y este micro me gusta. Y mucho. Y en contra de mi costumbre voy a dar una opinión. Creo que pide las frases largas. ¿Quién no ha visto a una mujer peinándose por la noche antes de acostarse? Yo he tenido la fortuna de tener tres hermanas y poder contemplar la operación: lenta, pausada, sin prisa, demorándose, deslizando el peine por la melena, larga como las frases que usas. En cuanto a la historia casi no la precisa. Le basta con la atmósfera-
ResponderEliminarSoy Joaquín con los problemas habituales en blogger
Jo, Joaquín, qué contundencia. Bueno, a mí también me gusta tu opinión (y el debate, claro).
EliminarHola Elisa
ResponderEliminarUn microrrelato que no encierra una historia; abre la puerta a un millar.
Un microrrelato que no es microrrelato sino esencia.
Un microrrelato que suavemente describe y se plaga de personajes, en contra de los cánones de un género a veces tan cuadriculado.
Muchas felicidades. Un microrrelato precioso
P.D. - Lamento no poder aportar una crítica constructiva
Gracias, Alex, las críticas constructivas están bien, pero tu comentario también es precioso. Muchas gracias.
Eliminar;)
ResponderEliminarElysa, sé por Juanlu que todo salió bien, me alegro un montón. ¡Y hasta haces pinitos con los comentarios! Un beso y reponte pronto.
EliminarElisa, me ha parecido muy visual la llegada, las ventanas de papel de arroz. Me gusta la lírica co la que describes el peinarse según condición, y el estigma con el que cierras. Es decir, me encantó tu relato, menos el título, creo que se queda corto.
ResponderEliminarXimens, creo que tienes toda la razón. Me cuesta trabajo titular. Y admito sugerencias. Si me lo titulas, te doy un veinte por ciento de las ganancias que genere :-).
EliminarAlex
EliminarAhí va una propuesta, atrevida supongo. Aunque no quiero el porcentaje. Si te gusta el título te lo regalo.
Las tejedoras de cabellos
Pues se tejen redes, historias, se teje la vida. Y todo lo haces a través de los cabellos.
Un saludo
Gracias, Alex, reconozco que es un título atractivo, pero me da la sensación que adelanta demasiado el tema del relato, habrá que seguir pensando.
EliminarDifícil me lo pones: No sé. Es un relato donde la música esta presente y el peinarse. Un sinónimo de peinar es componer, como lo es de crear música: Composición perenne. Dado la fuerte carga lírica del relato debes buscar por este camino, o no. Yo que sé. Partituras de arroz (poco lírico, jeje).
ResponderEliminarOye, pues aunque no me quede con ninguno, me das pistas. Partituras es un camino a explorar, el arroz lo dejo para otra cosa, je, je. (Por cierto, por ahí tengo un micro donde se prepara un sofrito para arroz). Gracias.
EliminarXimens, volviendo a Calvino, ¿qué te parece "La ciudad y sus ecos". También me gustaba la palabra "escala", por el doble sentido que puede encerrar, pero "Ecos de una escala" me parece más bien cacofónico.
EliminarSi lo apruebas, lo cambio :-).
Verás, es que de Calvino no he leído nada, aún. Algún trocito perdido de sus ciudades. Y respecto al título no me pronuncio más de los dicho, el problema es solo tuyo (jeje)
Eliminarun relato que despierta el sentido del tacto? no creí que fuera posible.
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