Dijiste que no era más que un
paréntesis en tu vida y te marchaste, como si nada. Yo en cambio sigo aquí,
encerrado entre dos paredes cóncavas que no hay manera de escalar.
Este hiperbreve aparece publicado en Pseudonims nº 45, junto a textos de escritores como Rubén Rojas Yedra, Patricia Nasello y Paloma Hidalgo.
Bravo Elisa, ya sabes que me encanta.
ResponderEliminarAbrazos.
;-)
EliminarEnhorabuena Elisa. Creas una atmósfera agobiante en dos renglones.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Besos, Rosa, el agobio de las prisiones.
EliminarEs un placer compartir publicación con vos, Elisa. Y una garantía de calidad literaria.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Ay, Patricia, si sabía que estabas en la revista, pero esta mañana me puse a buscar por tu blog y no encontré el texto. Para mí también es un placer encontrarte y leerte.
EliminarAl final le pusiste título. Pero todo es ponerse, todo es ponerse, y algún día si se escalará. Calidad superior.
ResponderEliminarSaludísimos.
El título es regalo de nuestro Pavi. Yo creo que no, que no se escala, lo habitual es que las paredes sean las que se desmoronen.
EliminarUn besazo, Barlon.
Ooohhh. Me he descubierto en esta entrada y te agradezco el empujoncito a mi blog. Besos.
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