Domador, de Magicomora en Deviantart |
Aspiraba a ser el mejor domador jamás conocido. Sus fieras, sometido el instinto a la autoridad del látigo, eran capaces de alinearse ordenadamente, de encaramarse en estrechos taburetes, de atravesar aros de fuego y de trenzar complicados pasos al ritmo de la música. El día en que, tras una amenaza de huelga, las sentó a negociar y consiguió que firmaran un convenio que detallaba las horas y condiciones de trabajo y estipulaba un periodo anual de vacaciones, alcanzó por fin su objetivo: la domesticación total.
O sea que lo del domador es una metáfora para jefe burocrático.Así sucede, has mostrado la realidad en toda su excelsa desnudez.
ResponderEliminarMuy buena e inteligente crítica. Todos estamos domesticados, hasta el que se cree un rebelde. Un abrazo.
ResponderEliminarEstoy totalmente de acuerdo con este micro tan políticamente incorrecto. Muy bueno, Elisa.
ResponderEliminarBesos.
PD. Gracias por la publi del concurso.
Hablando de domadores una canción dice: muchos humanos son importantes/ sillamediante, latigo en mano.
ResponderEliminarA cada domador el suyo (que mientras menos se parezca a un látigo real, más duro golpeará)
Me encantó Elisa!
Qué domesticada me siento... uf
ResponderEliminarUn beso
Terrible, Elisa.
ResponderEliminarEl domador podrá cambiar su látigo por estilográfica y maletín. Con o sin chaqueta de pana.
Saludos
Cuanto más conseguimos más cedemos...
ResponderEliminarDomesticados estamos.
Un abrazo
Menos mal que nos queda la esperanza en que la naturaleza animal es capaz de aflorar en cualquier momento. La historia está repleta de domadores conspicuos que se han visto sorprendidos por una repentina e instantánea explosión de los instintos sepultados.
ResponderEliminarMuy buena y original manera de hablarnos de la domesticación de todo bicho viviente.
ResponderEliminarBesos pareados.
Lo más triste es cuando hacemos de la domesticación un sinónimo de civilización.
ResponderEliminarComo siempre un texto genial Elisa!
Saludos!
Muy bueno, Elisa. Bien escrito, como siempre, y muy necesario.
ResponderEliminarAbrazos rebeldes (con causa),
PABLO GONZ
Os agradezco muchísimo a todos los comentarios, y más ahora, que yo comento poco por falta de tiempo. El número de blogs interesantes no para de aumentar y ya no doy abasto a tanta lectura.
ResponderEliminarMe encanta las interpretaciones que habéis hecho del texto, aunque más o menos yo iba por ahí, cada una de vuestras aportaciones da un matiz distinto y me hace pensar.
Abrazos a todos.
Perfecto paralelismo con la realidad actual. Tenemos lo que nos merecemos.
ResponderEliminarSaludos
Al final todos estamos domesticados y sometidos. Somos unas fieras mansas. Espero que algún día levantemos la cabeza bien alto y pongamos límites.
ResponderEliminarMuy buen texto.
Un saludo.
Iria L.
Miguel, lo que nos merecemos, sí, aunque realmente tampoco hay muchas posibilidades para escoger.
ResponderEliminarSí, Iria, lo peor es que últimamente los límites, en lugar de ampliarse, cada vez se estrechan más.
Un abrazo a los dos, y gracias por venir.
Brutal, Elisa.
ResponderEliminarAyer estuve en un foro de diálogo callejero (empezaron unos 8, ayer éramos más de 100), y había uno poco domesticado, que lo único que decía era: a dugüello, a degüello con ellos. Como se enteren, envían a tu domador el viernes que viene.
Me encantó.
qué bueno que estuvo, suena como un envejecer tranquilo y conmovedor.
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