Music box, de Daywish, en Devianart. |
Del cofre de marfil sacó una muchacha del tamaño de mi meñique. Al compás de los cascabeles que ceñían sus tobillos, cimbreaba la cintura y hacía aletear delicadamente sus brazos hasta que el mercader le ordenó encerrarse de nuevo. No tuve dinero para comprarla. En este frasco guardo la lágrima que derramó mientras retornaba al cautiverio.
Este es el primero de los micros con los que participé en el I Certamen de microjustas literarias convocadas por Ociozero. Con él pasé a la siguiente ronda sin ocasión de batirme, por falta de oponente. El tema propuesto era el mismo que da título al relato, "Maravillas". Esta versión es un poco más larga de la que participó allí, siete palabras más de las cincuenta que exigía el torneo.
Ya decía que me sonaba, lo leí en las microjustas, me pareció realmente bueno, me gusta mucho el detalle del frasquito con la lágrima. Hay veces que guardamos pequeños detalles de las personas que queremos, este puede ser uno. Un abrazo.
ResponderEliminarYo no participo de las microjustas, debo haber leído esta maravilla en El Microrrelatista.
ResponderEliminarDelicado, suave, sutil. Una belleza Elisa!
Un abrazo
Me gustan tus micros. Y veo que te gustan los ángeles.Me pasaré a menudo por aquí.
ResponderEliminarYo también lo leí en el Microrrelatista. ME gusta mucho, lástima no tener dinero, es una pena solo quedarse con su lágrima, pobre cautiva...
ResponderEliminarSí, Maite, es cierto, con frecuencia guardamos cosas pequeñas, aparentemente sin valor, pero que nos traen recuerdos entrañables. Como un frasquito con una lágrima diminuta.
ResponderEliminarPatri, claro que lo leíste en El Microrrelatista, lo que pasa es que me gusta reunir aquí todos los micros. Gracias por tus palabras, es un gusto encontrarte.
Bienvenida, MA, ya pasé por tu blo, pero volveré más despacio.
Gracias, Puri. Espero que si hubiese tenido dinero le hubiera dado la libertad, aunque nunca se sabe.
¡Qué tesoro guardar una lágrima! es como guardar para sí el sentimiento. Muy bello Elisa!
ResponderEliminarAbrazos,
Pues pinta muy bien para concursar, de cualquier forma me parece que es un micro con mucha fuerza, más de significado que de estructura.
ResponderEliminarUn abrazo
Pues me he ido a Ociozero a leer la primera versión, y debo decir que la presente ha ganado muchísimo con esos detalles agregados. Por ejemplo, cambiar cofrecillo por cofre de marfil me ha parecido todo un acierto, igual que la cintura cimbreante, y, sobretodo, has hecho bien en hacer "visible" al mercader: en la otra versión se prestaba un poco a confusión. ¡Qué bueno que lo hayas retrabajado! Excelente y precioso.
ResponderEliminarSaludos.
Una maravilla de microrrelato. Esa lágrima guardada, una delicadeza.
ResponderEliminarMil besos.
Por uma lágrima
ResponderEliminarPor uma lágrima tua
Que alegria
Me deixaria matar
Precioso. Como siempre
Gracias, Claudia, Baizábal.
ResponderEliminarYa ves, Gabriel, a veces es preferible ampliar un poco a cortar. Me resultó difícil el formato 50 palabras, demasiado largo para un hiperbreve y demasiado corto para poder contar una historia.
Gracias, Lola.
Joaquín, ahora sabes la ilusión que hace un comentario. A que sí.
Mágia pura. ¡Qué bueno! Corto pero concentrado al máximo. Es el comienzo de algo muy largo.
ResponderEliminarBesos.
Besos, Tor, me encanta que te guste.
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