Dirige una mirada de refilón al danés rubio, de músculos cincelados, que el capricho del director va a convertir en nuevo concertino. Sonríe malévola. Hoy, el día de su último concierto como primer violín, ante la sorpresa de los músicos y los desesperados intentos de la batuta por reconducirla, la orquesta tropieza constantemente en la misma nota y chirrían los desafines.
Por fin, justo antes de acometer su solo final, separa levemente el escote del inicio de los senos para dejarla escapar y observa cómo ahueca las alas diminutas, se alinea con el resto de sus hermanas sobre las cuerdas del Stradivarius y comienza a danzar. El rondó —allegro ma non troppo— suena con pureza de cristal afilado mientras un discreto pero envolvente perfume a jazmín se expande por la sala.
Este micro, muy libremente inspirado en el Concierto para violín y orquesta, en re menor, opus 61, de Ludwig van Beethoven, aparece en el número 25 de la revista digital Pseudònims. En esta ocasión, el tema de la revista es "Ruido".
Un micro muy bien dirigido. Me ha gustado la imagen de la nota escondida entre los senos.
ResponderEliminarBesos desde el aire
LLegados a este punto solo queda aplaudir, emocionada, como el resto de la sala que escuchaba el concierto
ResponderEliminarsaludillos
He escuchado absolutamente rendida todo el concierto y debo decir que me ha parecido sublime. Un besazo. Mar Horno.
ResponderEliminarLenguaje perfecto para hablar de la belleza de la música. Enhorabuena por la publicación.
ResponderEliminarSublime venganza.
ResponderEliminarAbrazos
La música envuelve al micro, o al revés. Un abrazo.
ResponderEliminarUna nota perfumada con su olor. Así que al final consigue ser el centro de atención de una forma u otra. Es de una elegancia exquisita.
ResponderEliminarGuau Elisa, me encanta!!! Es un micro que se escucha, se ve y se saborea, hasta tiene olor... escrito con los sentidos. Si no fuera porque va a ser publicado te pedía que lo presentaras para Ruido, no sé si has visto la propuesta!
ResponderEliminarUn abrazo
Te fui a buscar en la revista pero un tal Fabricio me dijo que con seguridad me había equivocado de dirección. Estaba a punto de hacerle caso cuando me colé entre las páginas virtuales y di con tu texto ;)
ResponderEliminar¿Te gusta la imagen? A mí se me hace que rompe el clima del texto, al menos como lo interpreté yo.
Saludos
A Beethoven estoy segura que le gusta desde donde quiera que habite. Es un micro con movimiento y hasta aroma. Una venganza muy singular.
ResponderEliminarBesitos
No sabéis la alegría que me da saber que por fin el micro se entiende, porque pasó por numerosas versiones que fueron probadas en lectores de confianza y costó trabajo conseguir que quedase claro qué era lo que la chica escondía entre los senos.
ResponderEliminarAnita, lo envié a Pseudònims porque el tema del mes era Ruido y ya se publicó. Sí he visto la propuesta del otro "Ruido" y no sé si tengo algo más que encaje, ando con mucho trabajo y apenas tengo tiempo ni de escribir ni de comentar, ni siquiera de dar una vuelta por el disco duro a ver qué encuentro.
Gabriel, lo que hay sobre el micro no es una imagen, sino un vídeo con el concierto de Beethoven en el que me inspiré, aunque modifiqué alguna cosa (el rondó de Beethoven es un allegro y yo le añadí el "ma non troppo", además no es un solo de violín, sino un diálogo entre violín y orquesta).
Gracias a todos los que me dejáis comentarios, cosa que yo últimamente no puedo apenas hacer porque tengo muchísimo trabajo.
Rosa, Puck, Mar, Maite, Susana, Ricardo, Montse, Ana, Gabriel, Elysa, un abrazo para cada uno.
¡Me refería a la imagen que acompaña a tu texto en la revista!
ResponderEliminarAh, ahí tienes razón, y además el hecho de no haber colocado el título sobre el texto, sino en la otra página y a tamaño tan pequeño creo que hace que no se entienda el micro :-(.
ResponderEliminarRuido???
ResponderEliminarAy, no deberían de haberte publicado (aunque me guste y encante el micro) de ruido nada de nada.
Un beso, :-)