Stop, de ssuunnddeeww |
Por delicadeza dejaron de invitarla a cumpleaños, fiestas de graduación y puestas de largo; pero ella sabe que la de Toñi se casó con un chico de Madrid, que el de Quico estudia empresariales en Londres, que las mellizas no paran de darle a Lola quebraderos de cabeza y que su sobrino Luismi se ha ido de voluntario a Mozambique. Lo que no entiende es por qué, desde aquel 19 de junio del 94 en que despertó en una habitación de hospital con la cara desfigurada, los suyos no crecen.
Ya es pretencioso dedicarle a alguien seis líneas, si encima la dedicatoria es compartida... En fin, es solo una forma de mostrarles a ambas mi agradecimiento y mi cariño.
De pretencioso nada... pedazo micro!!!! Me gustó mucho y creo que a Rocio le encantará. :-)
ResponderEliminarSaludillos
No conozco a Mónica ni a Rocío, pero a mí me ha hecho rin en algún sitio. No sé, además me ha traído a la memoria "Al alba" de Aute. Mira, la cabeza que hace contacto.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, Puck, ¿nos vemos pronto? Espero que sí, un abrazo.
ResponderEliminarY gracias, Miguelángel. Al alba es una canción tristísima que forma parte de la banda sonora de mi vida, mil veces la habré cantado. Y en cuanto a Mónica y a Rocío, merece la pena conocerlas, pinchas en sus nombres y se te abren las puertas de dos mundos fascinantes (es cierto).
ResponderEliminarSeguro que están encantadas con la dedicatoria...Muy bueno Elisa. Enhorabuena y besos desde el aire
ResponderEliminarBesos, Rosa.
EliminarElisa, cómo no apostar por esta historia tan emotiva. Me llamó la atención el modo de contar, la estrategia elegida, la aproximación sutil a un tema tan sensible. Muchas gracias por la dedicatoria.
ResponderEliminarSigo con mis contratiempos cibernéticos; desde hace unos minutos puedo comentar en mi propio blog con mi notebook, pero no en los de igual diseño como el tuyo; así que pedí la net prestada a mi marido para poder llegar hasta acá.
Aprovecho para decirte que Ex sanguine quedó perfecto, clarísimo, y como dicen algunos de tus lectores, hay todo un mundo que aparece a medida que se lee, además de lo original del tema, por supuesto.
Aún no he leído tu relato publicado en Narrativas; apenas lo haga te comento.
Un abrazo fuerte, desde esta noche fresca después de un día de 41°, agobiante, realmente, y encima con varias horas sin electricidad, uff.
Pues me alegro un montón que hayas podido dejar aquí tu huella. Yo no estaba muy convencida con Ex sanguine, cuando me dijiste que te gustaba me animé y creo que mejoró con los cambios. Lo importante es eso, corregir y recibir críticas y opiniones, el concurso está bien, pero no es lo importante.
EliminarMiedo me da pensar en el verano, aquí las temperaturas de más de cuarenta son habituales, de momento, disfrutamos de los abrigos y las calefacciones.
Demoledor.
ResponderEliminarQué puedo decir??
Aunque mejor sería decir: ¿qué se puede hacer? Mucho, un poco también esto.
Un beso, Luisa.
Algo habrá que hacer Luisa, algo tenemos que hacer. Pero parece que de momento las cosas están un poco paradas. Un beso.
EliminarNarrado desde otro angulo, pero muy bien hecho, ojalá llegue el día en que solo sea ficción.
ResponderEliminarLeo a Rocío y por supuesto desde ahora a Mónica.
Besitos
¡Ojalá, Elysa!
EliminarVerás cuánto te van a gustar los relatos de Mónica.
¡Muy emotivo! Hay cosas que nunca conseguiremos entender por lo injustas que son. (Reconozco que lo de la cara desfigurada me ha confundido un poco.) Besos
ResponderEliminarGracias, Ernesto. Besos.
ResponderEliminarAyyyyy, Elisa ¿será posible que no lo hubiera visto? Jopée qué empanada la mía :-(
ResponderEliminarEn primer lugar, gracias, gracias, gracias corazón (y a quienes me citan arriba ;-)). Por otro lado, te diré -sin miedo a Hank, porque lo digo sinceramente- que el micro me ha encantado. Lo único que me ha preparado un poco para el final ha sido precisamente mi dedicatoria ;-). Lo que más me ha llamado la atención es el planteamiento, la resolución de la incógnita por contraste con los niños que se hacen mayores. Y aparte de la desgracia en sí, intuyo que al menos ella los sigue viendo, pequeños y estancados, pero siguen ahí, esperanzador y doloroso a un tiempo.
Por cierto, siempre me gustan tus niños, me acuerdo muchas veces de aquel de los adolescentes (o preadolescentes) en la feria. Sé que muchos me los pierdo... pero como no me rompa una pierna y me encuentre con unas vacaciones inesperadas no me queda otra :-)
Gracias otra vez, Elisa, me hace muchísima ilusión que te acuerdes de mí. Muchos, muchísimos besos
Ja, ja, claro, la dedicatoria eliminó la sorpresa. Gracias, Rocío, por la lectura y el comentario. Un abrazo.
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