Ilustración de Clara Varela |
El día que llegamos, la abuela la miró de arriba abajo. No se te pudo ocurrir más que a ti, le dijo moviendo la cabeza, con la de adelantos que hay hoy día. Mamá no contestó, se fue a su habitación y se puso a deshacer la maleta deprisa. Yo creo que la abuela se arrepintió, porque al poco vino con un sombrero de paja verde, le acarició la cara y se lo puso con cuidado. Por lo menos, que no te salga el paño, gruñó, que tú siempre has tenido un cutis muy fino.
Como la abuela se ocupa de todo, mamá y yo bajamos todos los días a la playa. Ella se duerme debajo de la sombrilla y yo juego con el cubo y la pala, sin alejarme mucho. Mamá parece una berenjena mustia, con el sombrero verde y el único vestido que le cabe, el ancho y morado. Sólo se pone contenta cuando se lo saca por la cabeza y la tripa gorda asoma por encima de la braguita del bikini. ¡Vámonos al agua, sirena!, me grita, y jugamos a que es una ballena blanca que me persigue saltando entre las olas. Después, nos secamos en la orilla, miramos cómo le resbalan las gotas por la panza y estamos muy atentas por si le salen bultos. Ella dice que son patadas que le da mi hermano. No sé si no va a resultar un poco bruto.
Cuando nos preparamos para volver a casa de la abuela, mamá es otra vez berenjena. Yo le recuerdo que se ponga el sombrero, no vaya a ser que, además del vestido que le esconde la barriga, venga el paño ese a taparle la cara.
Este micro ha sido realizado a partir de una ilustración de Clara Varela para el proyecto Escríbeme una ilustración. En su blog y en los anteriores enlaces podéis disfrutar de su excelente trabajo.
La ilustración no era de las más fáciles (aunque preciosa y original, eso sí), pero el micro ha quedado precioso y se complementan a la perfección. Ya sabes que con ese tema lo tenías muy fácil conmigo, Elisa. Olé
ResponderEliminarY besos
muy tierno.
ResponderEliminarAunque, como dice Rocío, la ilustración no era fácil, has logrado bordar un texto tierno y fresco que me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo lleno de admiración, Elisa.
Excelente la voz infantil, Elisa. Lograda historia a partir del dibujo. Ambas obras se complementan a la perfección. Mis felicitaciones para vos y para Clara Varela.
ResponderEliminarAbrazos.
Deliciosa, Elisa y también el dibujo. Comparto lo que dice Mónica, se complementan muy bien. No sabía lo que era paño, tuve que mirar en Google, aunque parece que es un mal muy extendido y conocido. Un abrazo, Miriam
ResponderEliminarNo hay nada comparable a la mirada de un niño. Me ha encantado esa madre berengena. Micro e imagen se conjuntan a la perfección. Un saludo. Mar Horno.
ResponderEliminarCreible la voz infantil, tierna y real. Buena historia para una ilstración hermosa pero complicada.
ResponderEliminarBesitos
Me alegra que os guste, confieso que cuando vi la imagen que me tocaba creí que iba a ser incapaz de sacarle partido. Le pregunté a mi hija qué veía (no es una niña, es una mujer, estudiante universitaria) y ella fue la que me dijo "una berenjena". Cuando encontré la voz infantil y la asocié con la solanácea en cuestión, ya salió el texto casi solo.
ResponderEliminarMe encanta ese lado infantil y esa imaginación, esa manera de verlo todo desde otro prisma, pero más me ha gustado cuando he visto que la idea de la berenjena ha partido de tu hija, que me ha recordado al dibujo del principito, ella aún ve la boa comiéndose al elefante, y eso me ha encantado. Dile que la admiro y que no pierda nunca esa sensibilidad que tiene por el mundo, no el recortado a tijera por las normas y las reglas, sino el que ella lleva dentro. Abrazos para las dos.
ResponderEliminarQué bonito, Maite, claro que se lo diré, le va a encantar. Abrazos para ti.
ResponderEliminarMuy Muy tierno.
ResponderEliminarCreo que entiendo la ilustración gracias a tu texto, ahora ya me la imagino. ¡Precioso!
ResponderEliminarEstá tan bien adaptado a la ilustración, que parece que haya sido al revés. Muy bueno.
ResponderEliminarPor cierto, acabo de descubrir que eres la Elisa que comentó en mi blog (madre, cuánto honor, Elisa de Armas por casa)
Gracias, Rufino, Malén.
ResponderEliminarMiguelángel, el honor es mío por recibir tu comentario.