«El imaginador es el que ocupa espacios que nadie ha tocado»
Esa tensión hacia lo inexplorado, esa pasión por destruir el estereotipo, lo repetido, por romper los tópicos y las superficies, ese rechazo frontal de lo simple y lo elemental, de lo conocido y por conocido superfluo literariamente, esa aspiración imperiosa por acceder a mundos desconocidos del sueño y el deseo, esa ambición sin medida por ampliar el mundo real, rehacernos lo perceptible, sumergirnos en lo sorprendente y maravilloso, que es en definitiva la identidad mayor de toda la obra literaria de Pérez Estrada, se basa de manera fundamental en su carácter imaginativo […].
Imaginación, que es cosa diferente de ingenio. Lo imaginativo no es lo ingenioso. Y lo imaginativo quizá sea, con la metáfora, los dos «recursos» literarios sobre los que nuestro escritor estuvo reflexionando con más ahínco y mayor frecuencia a lo largo de su vida.Para Pérez Estrada la imaginación fue siempre el mayor ejercicio de literatura creadora que era posible ejercitar, la mayor expansión liberadora de la inteligencia y la sensibilidad, mientras que el ingenio está prisionero del efectismo, del momento, de la sorpresa, de «lo devaluado, de lo extravagante, lo absurdo y lo escandaloso».
Desde mi punto de vista, flaco favor le hacen a la entidad y valía singularísima de sus textos aquellos estudiosos y críticos que las basan fundamentalmente en lo ingenioso, lo divertido, lo sorprendente y chistoso de su escritura, cuando la grandeza de Pérez Estrada, como creador, radica esencialmente en su sentido imaginativo, en la generosidad de su visión del mundo, en su sorprendente capacidad para estructurar literariamente un tratamiento natural y ordinario de lo extraordinario o ilógico, en su visión impetuosamente dionisiaca por encima de lo lúdico, del divertimiento.
Palabras de Rafael Ballesteros en la introducción a La luz de las palabras, antología de textos de Rafael Pérez Estrada, publicada por el Centro Andaluz de las Letras. (Málaga, 2001).
Esto requiere una ( muchas, tal vez) lectura muy consciente, leyendo entre líneas y aprovechando todo lo que ofrece. Eres muy generosa compartiéndolo. Lo que describe es lo que pretende cualquiera que escriba para ser leído: Tocar una fibra nueva desde un sitio distinto. Queda pendiente la re-lectura.
ResponderEliminarDesconozco a Pérez Estrada, pero estas maravillosas palabras que se le dedican me dan ganas de leer sus textos, estudiarlos, aprehenderlos.
ResponderEliminarGracias por señalarme el norte, Elisa.
Un abrazo
Tenía un profesor que siempre decía que la imaginación está sobrevalorada. Yo a veces también lo creo.
ResponderEliminarSaludos veraniegos
Elisa totalmente de acuerdo, la imaginación supera al ingenio que se puede dar en menos ocasiones.
ResponderEliminarMuy buena crítica a la obra de Estrada.
Un saludo.
¡Qué buena introducción! Concuerdo en lo que dice, tanto en lo referente a la obra del autor como en cuanto a concepto general. La imaginación posee una mayor perdurabilidad que el ingenio; se cimenta sobre bases más profundas.
ResponderEliminar“...esa ambición sin medida por ampliar el mundo real, rehacernos lo perceptible, sumergirnos en lo sorprendente y maravilloso...”, ¡quién pudiera!
Saludos.