La Chelito se contonea bajo los focos del Kursaal, buscando entre sus ropas el bichito que la trae a mal traer.
(Hay una pulga maligna
que a mí me está molestando)
En la penumbra de un velador, el joven periodista Rafaelito Florido calcula cuántas gacetillas le costará llenar de flores el camerino de la cupletista.
(porque me pica y se esconde,
y no la puedo echar mano)
Y cuántas la botella de champán francés que le dará el valor que le falta para ofrecerse gentilmente. Por librar a la muchacha de esas comezones
(Rápida salta, pica y se esconde,
ya me ha picado yo no sé dónde)
pondría a su servicio las dos manos delicadas, casi de señorita. O la lengua, si menester fuera.
Otro texto producto de la convocatoria de Ficticia "Las pulgas y el mundo de las Matemáticas". Disculpen el atrevimiento, pero con semejante tema, las neuronas se ponían a bullir a su antojo.
Menudo tema!!!
ResponderEliminarY te ha quedado genial!!! Qué mezcla más buena!!
Me ha encantado Elisa!!
Abrazo!!!
Divertida estampa desde el punto de vista del admirador. Recuerdo que mi abuela hablaba de la Chelito y de Mistinguett...
ResponderEliminarAbrazos, feliz finde.
¡Ay qué juguetona la pulga! ¡Y qué juguetonas tus neuronas! Has dibujado una estampa de época muy fresca y divertida.
ResponderEliminarBesos saltarines.
Deliciosa mini has escrito, Elisa. Dan ganas de memorizarla como un poema (para ver si aprendo algo, ja ja)
ResponderEliminarUn gran abrazo
Gracias a todos, Sucede, Susana, Lola y Pati. Hay que reconocer que aquí el mérito no es mío, el cuplé es el que pone toda la gracia. No dejéis de escucharlo porque Olga María Ramos lo canta muy bien.
ResponderEliminarjajja muy bueno Elisa!!!
ResponderEliminarSaludillos
Que vertiente más retro-picante.. muy divertido!!
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