La muchedumbre murmuraba atónita. En los rostros ruborosos de las doncellas se reflejaba el estupor; en los de las matronas, las dueñas y algún que otro mancebo, el deseo mal disimulado; los de los varones, ya fuesen campesinos, burgueses o cortesanos, traslucían la envidia y la incredulidad. Él avanzaba majestuoso, disfrutando del impacto que causaba la contemplación de su enorme verga, enhiesta y desafiante. Hasta que a aquel chiquillo inoportuno se le ocurrió proclamar que el rey iba desnudo, ocasionándole así una fastidiosa exhibitio interrupta.
Una versión de este microrrelato ha resultado, para mi sorpresa, ganador semanal en el concurso de Radio Castellón.
Felicidades Elisa (ahora en tu bitácora). Sorprendente, al menos, reinterpretación del cuento clásico. Ahora sí, con título; aunque te confieso que éste no me convence del todo, pero son pareceres: si a ti te gusta, está bien. En todo caso, muy buen texto, como siempre.
ResponderEliminarUn abrazo.
Enhorabuena Elisa. El final podía ser esperado pero lo de la exibitio interrupta me hizo sonreír , es un final frustrante para su verga, ja ja
ResponderEliminarFelicidades, de nuevo. Otro impulso para seguir escribiendo.
ResponderEliminarFelicidades, me alegro!!!
ResponderEliminarJajajaja! No sé por qué te sorprende haber ganado, yo me partí de risa en el final, es un texto genial!
ResponderEliminarEnhorabuena!!
Hola Elisa.
ResponderEliminarEnhorabuena lo primero por el premio. Siempre es importante que alguien reconozca un cierto mérito.
El texto está muy bien descrito, concentrado, se ve y se nota a la multitud variopinta. Pero también lo que se trasluce es la sociedad aborregada y ciega, aunque tu relato acaba bien porque alguien es capaz de ver la realidad (siempre suele ser un niño). Enhorabuena de nuevo.
Felicidades, todo lo que sea ridiculizar a la monarquía merece un premio, y más si está hecho con tanta elegancia.
ResponderEliminarGabriel, habrá que reflexionar sobre el título, a ver si tengo un poco de tiempo, la verdad es que lo elegí deprisa, con las ganas de publicar.
ResponderEliminarGracias Isabel, como aquí predominan los microrrelatos tristones, está bien de vez en cuando despertar la sonrisa de los lectores.
Gracias, Pablo, me alegro que ya se te pueda leer en Internet.
Gracias, Anónima.
Virginia, me sorprendió porque otras veces he mandado cosas que me gustaban más y no han tenido éxito, pero los concursos son así.
Gracias, Ángel. Ese valor que tú señalas, el de la sociedad aborregada y ciega y el niño que la desenmascara, estaba ya en el texto original, no es mérito mío, yo me he limitado a cambiar un rey vanidoso por uno exhibicionista.
Gotzon, ¿de verdad te parece elegante? Si mi madre lo leyera me diría que es una ordinariez ;)
La realeza siempre mal acostumbrándonos. Luego protestan cuando nos sublevamos los villanos.
ResponderEliminarBlogsaludos
jajaja, pero olvidas algo importante: yo no soy tu madre.
ResponderEliminarEnhorabuena por el premio, Elisa. Aunque no es conveniente que aireemos los atributos ocultos de la monarquía me encanta este final tan clásico. Un beso.
ResponderEliminarGracias por el comentario, Adivín.
ResponderEliminarGotzon, de eso es una de las pocas cosas de las que estoy segura ;).
Matías,gracias, ya echaba de menos tus visitas y comentarios, que me has tenido abandonada.
Este cuento me ha hecho sonreir. gracias
ResponderEliminarMe alegro, Juan, tu sonrisa es el mejor premio para mi relato.
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