16 abr 2010

Aficiones fugaces


Él no comprendía cómo, antes de conocerla, no había apreciado las variadas costumbres de aquellas criaturas aladas, de vivos colores y formas caprichosas. Ella no se cansaba de escuchar sus relatos de señores feudales, pestes, cruzadas y guerras de nombres sonoros –de las Dos Rosas, de los Cien Años- encontrándolos llenos de una belleza cruel. Al par que sus vidas, en su biblioteca se confundieron en alegre desorden los tratados de Ornitología y los tomos de Historia Medieval.

Dos años después, al repartir los libros, ninguno de los dos dudó a quién pertenecía cada uno. Él odiaba los pajarracos. A ella la aburrían las batallitas.

9 comentarios:

  1. Un micro delicioso que revela un profundo conocimiento de los mecanismos del (des)amor. Comparto muchos de tus temas. Qué bueno haberte descubierto.

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  2. Gracias, Miriam, a mí tus micros me han encantado. Seguimos leyéndonos.

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  3. Es la vida misma Elisa! Me gustó mucho su simpleza!
    Saludos!

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  4. Pero a esa chica algo le pasa, ¿cómo puede aburrirse con las batallitas?... ¡Qué cosas!

    Ahora, en serio, Elisa, muy bueno y como siempre con ese remanente de contenido.

    Saludos.

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  5. Jajaja! El amor y el odio siempre tan cerca! Me ha gustado mucho :)

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  6. Me gustó mucho el que enviaste a minificciones.
    Muy micro, hasta el título es perfecto.

    R.A.

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  7. Estoy de vacaciones y he encontrado un hotel con wifi, es un placer encontrar vuestros comentarios, a ver si también tengo tiempo de ver si habéis publicado algo.
    Un saludo a todos, Claudia, Gabriel, Virgina y R.A.

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  8. Oh, me ha encantado tu micro. Has logrado la universalidad, no dudo que todo el mundo se vería reflejado en él. Saludos

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  9. Gracias, Cordelia, creo que no se le puede hacer mejor elogio a un relato que decir de él que refleja los sentimientos de los lectores.
    Encantada de recibir tu visita.

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