Beato de Fernando y Sancha, Mujer y dragón apocalíptico |
Hace una semana que los cuatro jinetes atravesaron la avenida que lleva al polígono industrial, pero el Sebas y su panda siguen pasando la tarde en los bancos de la plazoleta, compartiendo un par de litronas que beben a morro. Hoy, mientras hacen volar los dedos sobre las teclas de sus móviles, se han ido sucediendo en el cielo los siete ángeles trompeteros, la mujer con dolores de parto y el dragón que vomita un río de agua. El Isra levanta la mirada justo en el momento en que aparece la bestia: su cuerpo de pantera, las patas de oso, los diez cuernos y las siete cabezas bien merecen esa fotografía que va a compartir al instante, por WhatsApp, con los colegas que lo rodean. Estos, sin despegar los ojos de la pantalla, la cuelgan en sus muros de Facebook e Instagran. En menos de cinco minutos han conseguido doscientos cincuenta mil reenvíos y setecientos cincuenta y siete mil "me gusta".
Tan así... Excelente micro, Elisa. Abrazo!
ResponderEliminarUn placer que pases por el blog, Mónica. Cariños.
EliminarSi es mejor que se acabe el mundo ya, antes de que dependamos de esto. Acabaran haciendo una app para escogernos Residencia.
ResponderEliminarTendremos app para todo, sí, y no falta tanto, pero que se acabe el mundo no, que todavía quedan motivos para vivir.
EliminarAsí está el tema, compartamos la mala nueva, je je.
ResponderEliminarBien visto Elisa, y escrito, claro.
Besos.
Gracias, Arktos, un beso también para ti.
EliminarComo la vida misma. ¡Qué bien descrito!!
ResponderEliminarBesicos muchos.
¡Gracias, Nani! Besos de vuelta.
EliminarUn buen micro para comenzar el año. Real como la vida misma
ResponderEliminarUn abrazo