25 abr 2014

Obra inédita

Pajaritas, de The Faith Healer


Cada vez que termina un poema pliega el papel, forma una pajarita y la arroja por la ventana. Casi todas terminan en el suelo, arrugadas y polvorientas. Solo algunas, las portadoras de auténtica poesía, agitan las alas y se pierden en el horizonte. Ninguna regresa.

14 comentarios:

  1. ¿Y si en vez de dar forma a una pajarita "le da forma de pajarita"? Así le ganas más protagonismo al papel y al poema.

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    1. La verdad es que a esas palabras les estuve dando vueltas, justo a esas. No sabía el motivo y ahora sé por qué, quería darle protagonismo a la pajarita ;-P. Lo siento, profe, estoy en fase respondona.

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    2. Nunca dejes de responder, que de eso se trata ;-)

      Es solo que en tu versión la pajarita puede estar hecha con el poema o con miga de pan, con plástico de envolver o con la portada de La Razón, dios nos libre.

      :-)

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    3. ¿Tú crees? "pliega el papel, da forma a una pajarita" a mí me parece que está claro que la pajarita la hace con el papel. Aunque si pongo "pliega el papel, da forma con él a una pajarita" creo que lo dejo peor, ¿no? :-D

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    4. Por eso lo de "le da forma de pajarita"; el protagonismo del papel queda implícito y no le resta el suyo a la pajarita, que es la reina del cotarro.
      Así eliminamos posibles ambigüedades y hasta la música acompaña, que también.

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    5. Con lo de la música me tocaste, ¿qué tal así? Creo que la música mejora,.

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  2. Pobre poeta. Tan poco cree en su poesía que ni siquiera reconoce aquellos poemas capaces de volar y hacerse eternos.

    Saludos.

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    1. Oh, vaya, yo no lo veo así. Vuelan y ya no son suyos. Creo que los versos de Manuel Machado andan detrás del poema: "Hasta que el pueblo las canta,/las coplas, coplas no son,/y cuando las canta el pueblo/ya nadie sabe el autor".

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  3. Debes tener bandadas enteras de ellas, ocultando el sol, y emigrando en invierno hacia el sur, Elisa.
    Abrazos.

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    1. Una alfombra en el suelo, todas pisoteaditas, es lo que tengo :-D.

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  4. Elisa, recuerdo este microrrelato, y como en su momento, me encantó. Ese juego de origami que cobra vida es muy actractivo y poético, sensacional, vamos.

    ¡Enhorabuena!

    Abrazos.

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