Ilustración de Rocío Salazar |
Lo despertó un rayo de sol que se
filtraba entre las cortinas. Era la segunda noche que dormía de un tirón, sin
tener que llamar a mamá. De rodillas junto a la cama, apartó los faldones de la
colcha y se quedó mirando el suelo deshabitado en el que bailaban algunas
pelusas. No tuvo más remedio que aceptar, con desconsuelo, que el monstruo se
había ido para no volver.
Este relatillo resultó ganador en el concurso de microrrelatos de Radio Castellón la semana del 14 al 18 de abril de 2014.
Lo que acompaña un buen monstruo y lo difícil de conseguir que resulta.
ResponderEliminarMuy tierno Elisa.
Besos.
Nos habituamos a nuestros monstruos y cuando se van los extrañamos. Una buena dosis de ternura para este día raro.
ResponderEliminarBesos desde el aire
Si es que los monstruos al final nos hacen compañía y los queremos
ResponderEliminarPues felicidades por esa victoria merecidísima. :-)
ResponderEliminarGran relato.
Qué lindo, Elisa, es una preciosidad.
ResponderEliminarPrecioso ver como llega a valorar su monstruo de compañía cuando ya se ha ido.
ResponderEliminarEnhorabuena Elisa, muy lindo de Verdad... Lo guardo para mi hijo..con tu permiso.
ResponderEliminarUn saludo indio
Mitakuye oyasin
¡Enhorabuena, Elisa! Las personas somos tan nuestras, que cuando nos faltan nuestros temores, buscamos otros que los sustituyan, y otros, y otros... y oye, quizás sea lo mejor para nuestra salud.
ResponderEliminar¡Merecido premio para un concurso al que le guardo un especial cariño!
Abrazos.