Paul Klee, Niña con muñeca |
Desde que se la regalé me deja tiempo para ordenar la casa y hacer la comida con tranquilidad, incluso para leer un rato. Se sienta con la muñeca en un rincón, le canturrea bajito, la peina y la repeina, la viste y la desviste, le coloca un pañal imaginario y le da de comer con la cucharita de plástico. Sus movimientos torpes traslucen una ternura y un hábito remotos. Cuando llega la noche soy yo quien le da su papilla, la desnuda, le pone el pañal y el camisón. Después, con un beso en la mejilla, le digo “buenas noches”, como siempre le dije, pero no soy capaz de añadir el “mamá”.
¡¡ Precioso !! Me ha hecho emocionarme y humedecer los ojos
ResponderEliminarJavier, no ha mejor forma de empezar la mañana que abrir el correo y encontrar un comentario como este. Gracias, compi.
EliminarHoy te releo todo en tiempo, estas en todas partes y en todas una gozada.
ResponderEliminarAcabo de leerte en "Un cuento al día" y ahora este micro que ya pude disfrutar ayer al leer los micros de la porra de Ficticia.
Esta resultando un buen día, diría yo
Vaya sorpresa que me has dado, Luisa, no tenía ni idea de que estaba en Un cuento al día. Me ha hecho mucha ilusión. Parece que sí, es un buen día. Esta noche estoy con Nicolás Jarque en la radio, para redondearlo. :-D
EliminarAy Elisa. Es tan cierto que la vida es de ida y vuelta. Muy bueno.
ResponderEliminarAbrazos.
Gracias, majo, de ida y vuelta, sí.
EliminarEn los comentarios del veredicto de ficticia dicen refiriéndose a este micro que refleja "el desamor y desapego por los ancianos". Estoy en absoluto desacuerdo, creo que es justo lo contrario, esta lleno de amor. ( sobra decir que me ha encantado)
ResponderEliminarA mí también me chocó mucho el comentario, supongo que será eso de que hay tantas interpretaciones como lectores, pero desde luego no era para nada mi intención. No se te pasa detalle, chiquillo. Y gracias por todo.
EliminarMe ha tocado tu relato, Elisa. Yo no lo he relacionado con la vejez, quizás porque me recuerda a mi historia personal, cuando era apenas una niña y debíamos, junto con mis hermanos, cuidar de nuestra madre.
ResponderEliminarY me ha encantado también el micro que te publican en "Un cuento al día". Siempre es un placer leerte. Un abrazo.
Sara, tocar al lector es lo que pretende cualquier escritor. Gracias por compartir tus recuerdos. Un beso.
EliminarBrillante. Relato que te llega profundo, sin dudas. Me encantó.
ResponderEliminar¡Saludos!
Muchas gracias, saludos también para ti, es un placer recibir tu visita.
EliminarMuy bien, Elisa. Esa sucesión de actos repetidos y el final doloroso con un cambio total de papeles
ResponderEliminarEstupendo.
Un abrazo, compañera de plañidos ;-).
EliminarExcelente, duro pero muy bueno.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias, Yolanda, sí es duro, pero así son las cosas a veces.
Eliminar