Pecera, ilustración de Amparo Martínez Alonso (Petra Acero) |
En cuanto depositaron la caracola en la esquina del acuario desportillado, los niños contemplaron atónitos cómo brotaba de su interior la arena que cubrió el lecho de cristal. Después vieron surgir rocas de formas caprichosas, el agua que se agitaba con suavidad de bonanza, estrellas y caballitos de mar, peces de colores, escualos diminutos, el pecio semienterrado de un galeón holandés, dos ballenitas azules y un submarino nuclear en miniatura que vomitaba, por la rendija abierta en el casco corroído, su bilis de plutonio.
Este texto participó en la convocatoria permanente de microrrelatos ecologistas que Luisa Hurtado celebra los lunes en su blog Microrrelatos al por mayor. Si tienes un micro con este tema, no tienes más que enviárselo y esperar su publicación.
Aquí es donde tenía que estar este texto, con todos los tuyos.
ResponderEliminarMuchas gracias por enviarmelo, por esperar pacientemente, por provocar con él una ilustración tan elegante y también... por la promoción. Un beso, Luisa.
Luisa, gracias a ti, espero enviarte alguno de nuevo, pero tiene que ser que salte la chispa. Un abrazo.
EliminarAllí te conté lo bueno que me parecía este micro, Elisa.
ResponderEliminarPues eso, que cuánto más lo leo, más me gusta.
Un abrazo.
Gracias dobles, Pedro, muy orgullosa me siento de que resista la segunda lectura.
EliminarUn abrazo.
Que estos lunes ecologistas sean participativos es positivo e importante. Se genera una energía de buenos propósitos, de respeto hacia el medio ambiente que resulta contagiosa, "expansiva".
ResponderEliminarAlgo bueno está surgiendo de todo esto:)
Elisa, tu micro es un magnifico representante de estas historias sorprendentes.
Un placer haber puesto imagen a un micro "bueno" (en tantos sentidos).
Besosss
A.M.A.
Y un orgullo para mí exhibir tu ilustración en mi blog. Ojalá sea cierto que el espíritu de estos micros se contagia.
ResponderEliminarBesos de vuelta.