Peter Halley, Prisión |
Jamás falta al vis a vis mensual que él solicita. Ajena, como siempre antes, permite que se derrame en su interior con urgencias cerriles. A ella el orgasmo le viene más tarde, cuando el golpear de cada puerta a sus espaldas resuena en homenaje a su doble libertad.
Vamos que la mujer del preso está deseando que no le suelten. Menudo figura.
ResponderEliminarUn abrazo,
pero no es solo eso, creo que es el hecho de hacerlo de forma obligada con una persona a la que no deseas y muy posiblemente deseando que dicha persona salga de tu vida.
EliminarNo se cuánto desea que salga de su vida... vuelve ahí mes a mes...
Eliminarme ha encantado. una historia triste.
ResponderEliminarQue triste y angustioso. Aun siendo él el que vive entre rejas es ella la que está presa del miedo que este le impone. Por desgracia demasiado común.
ResponderEliminarGracias por decirnos tanto con tampoco.
Me ha rascado el corazón la mezquindad que contiene este micro, Elisa.
ResponderEliminarUna pieza fantástica.
Un abrazo,
Si ella sigue volviendo, cuando el salga que saldrá, ella estará más presa que nunca. Entre vis a vis, para no levantar sospechas, ¿no podría huir?
ResponderEliminarEstoy con Luisa. ¿No podría escapar?
ResponderEliminarSe siente el alivio con cada puerta cerrada.
Besos desde el aire
Muy duro a la par que bueno. De hecho, conteniendo tanto de lo uno y de lo otro no me quedaría corto en halagos, aunque no sé de cual de los dos adjetivos tiene más.
ResponderEliminarEnhorabuena.
Una perta.
Tremendo. Encantada de volver por aquí, Elisa.
ResponderEliminarAhora es doblemente libre, eso no hay quien se lo quite. Ni que el correr se le viene al andar... ... Muy bueno, como siempre, Elisa.
ResponderEliminarAbrazos, o más.
Su doble libertad, cierto, pero acude cada mes al vis a vis. Algo, quizás el miedo la hacen ir en vez de huir para siempre.
ResponderEliminarUna escena bien contada.
Besitos