Nunca debí abismarme en aquellos ojos negros. Los párpados cayeron de improviso y no contemplo el mundo más que a través de los barrotes curvos que forman las pestañas.
Muy bueno, y poético. Lo de las pestañas como barrotes y el título me trajeron la imagen de una planta carnívora, pero no me preguntes el porqué... Un abrazo fuerte, Elisa.
Eso es tu espíritu de naturalista, seguro. Es que las plantas carnívoras pueden evocar perfectamente la forma de los ojos y eso pelitos que bordean sus hojas a las pestañas. Y pobre del que caiga dentro de ellas... No sé si este texto te sonará de Ficticia, anduvo por allí pero con muchos aditamentos que he suprimido.
Buen micro, poderosas imágenes. No lo recuerdo de Ficticia, pero tampoco lo he leído todo últimamente. Lo que sí me ha llamado la atención es que a tantos comentaristas les haya llamado -precisamente- la atención el uso del abismar como verbo reflexivo; al menos para mí resulta común: Me abismé en el mar de tu ausencia.
Je, je, Gabriel, ya es difícil que yo publique aquí algo que tú no conozcas previamente. Pues la verdad es que este micro si viene de allí, concretamente del mes del secuestro, y volvió a subir el mes del diluvio, pero le he pegado tales tijeretazos que está irreconocible. Un placer recibir tu comentario.
Jamás había visto las pestañas como barrotes, me ha gustado la imagen y el descubrimiento.
ResponderEliminarGracias, Luisa, no me imaginaba que la idea resultara tan original. Un abrazo.
EliminarTampoco yo había visto antes esa comparación : barrotes de pestañas. ¡Ingenioso!, y ¡buen título para el micro!.
ResponderEliminarUn abrazo.
Laura, el texto llevaba casi un año en el trastero, me quedé con la esencia y parece que quedó bien. Hay que aprender a usar la tijera.
EliminarIngeniosa celda...
ResponderEliminarTambién me gustó "abismarme". Muy buen nano, Elisa.
¡Saludos!
Muchas gracias, Sergio, saludos de vuelta.
EliminarBonita cárcel de amor la que tiene pestañas por barrotes.
ResponderEliminarSaludos, Elisa.
No sé, no sé, Caboclo, a lo mejor es peor que las otras. Saludos.
EliminarUna imagen poderosa que juega con el título. Redondo! Me encantó, Elisa!
ResponderEliminarSaludos van
Muchas gracias, Sandra, redondo es una palabra preciosa cuando se aplica a un micro. Un abrazo.
EliminarMuy bueno, y poético. Lo de las pestañas como barrotes y el título me trajeron la imagen de una planta carnívora, pero no me preguntes el porqué...
ResponderEliminarUn abrazo fuerte, Elisa.
Eso es tu espíritu de naturalista, seguro. Es que las plantas carnívoras pueden evocar perfectamente la forma de los ojos y eso pelitos que bordean sus hojas a las pestañas. Y pobre del que caiga dentro de ellas...
EliminarNo sé si este texto te sonará de Ficticia, anduvo por allí pero con muchos aditamentos que he suprimido.
Eso si que es ser prisionero de unos ojos... Maravilla de imagen, Elisa!
ResponderEliminarUn abrazo.
Muchas gracias, abrazos desde el calor sevillano.
EliminarA veces es imposible huir de unos ojos, por mucho que se sepa que te dejarán preso.
ResponderEliminarMe ha encantado la imagen escrita.
Besos!
Si, a veces es imposible, aunque tal vez no sea malo del todo, lo malo es no ser capaz de ver el mundo más que por ojos ajenos.
EliminarUn abrazo, Juanlu.
"Abismarme". Yo me he abismado en esta palabra. Qué sugerente. Y después la imagen global del micro. Me encanta. Felicidades
ResponderEliminarsaludillos
Gracias, a vos, Doña Aldonza, debe de sonaros esta historia de algún otro lugar.
EliminarUn abrazo.
No conocía "abismar" como verbo. Mola. Me gusta cómo en pocas palabras atrapas al lector como al protagonista.
ResponderEliminar¡¡Gracias, Ximens!! Ya tienes otra palabra para tus micros, me encantará verla por tus Montes de Toledo.
EliminarBuen micro, poderosas imágenes. No lo recuerdo de Ficticia, pero tampoco lo he leído todo últimamente. Lo que sí me ha llamado la atención es que a tantos comentaristas les haya llamado -precisamente- la atención el uso del abismar como verbo reflexivo; al menos para mí resulta común: Me abismé en el mar de tu ausencia.
ResponderEliminarSaludos
Je, je, Gabriel, ya es difícil que yo publique aquí algo que tú no conozcas previamente. Pues la verdad es que este micro si viene de allí, concretamente del mes del secuestro, y volvió a subir el mes del diluvio, pero le he pegado tales tijeretazos que está irreconocible. Un placer recibir tu comentario.
EliminarMuy original y potente la imagen de las pestañas como barrotes.
ResponderEliminarMe gustó mucho cuando lo leí en las Microjustas. Me alegro de volver a degustarlo.
Un abrazo, Elisa.
Muy ingenioso y muy poderosa la imagen que transmite, me gustó mucho.
ResponderEliminarBesitos