5 feb 2012

Viendo pasar

Salvador Dalí, Muchacha en la ventana

Era uno de los pocos cuadros que mi abuela había terminado: tenía poco tiempo y al abuelo le fastidiaba aquella afición suya de señorita burguesa. Su hija mayor, casi una niña, aparecía de espaldas, con el pelo recogido en un moño bajo y la falda a la rodilla. La silueta frágil se apoyaba en el quicio de una ventana abierta de par en par al paseo marítimo, la isla con el castillo al fondo.

La abuela lo pintaba a poquitos —la enfermedad no le permitía grandes esfuerzos—, y consiguió acabarlo unos días antes de morir. Es tuyo, mi niña, para que nunca olvides que hay un mundo más allá de esta casa, le dijo.

Tía Mercedes tuvo que romper con un novio para afrontar sus responsabilidades recién adquiridas. Se convirtió en madre de seis huérfanos, administradora del hogar y, más tarde, enfermera del abuelo. Tras la muerte de este mantuvo la casa abierta a hermanos y sobrinos que siempre encontrábamos un plato en la mesa, unos oídos dispuestos a escucharnos, un dulce o un bizcocho guardado en la caja de lata.

Yo creo que, a su manera, era feliz; pero el día que me contó la historia del retrato, después de señalar la precisión del dibujo, la delicadeza de la pincelada y la armonía de los colores, no pudo evitar añadir en susurro: ¡Ojalá madre me hubiera pintado una puerta!

33 comentarios:

  1. Elisa, absolutamente maravilloso. No puedo añadir más. Qué habilidad tienes para escribir a partir de una imagen. Son auténticos pasteles, dulces para nuestro paladar y nuestra alma. Un beso.

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    1. Gracias, Mar, esto de las imágenes es de ida y vuelta, hay micros que surgen de ellas, pero en muchos casos es al revés, busco la imagen después. Aquí está claro que este cuadro estaba presente en mi mente desde el principio. Otro beso.

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  2. Es precioso Elisa... tus personajes tienen muchísima vida, suelen ser el eco de todos esos protagonistas anónimos de los que hemos oído hablar. Mujeres sin puerta hay muchas. Enhorabuena guapa
    Y besos

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    1. Rocío, quiero pensar que esas mujeres sin puertas pasaron ya a la historia, pero cuando miro a mis alumnas adolescentes a veces sigo teniendo miedo por ellas.

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  3. Genial. Ese cuadro siempre me gustó y la historia que has construido a partir de él, es absolutamente preciosa. Si no lo hubieses hecho así, me habrías estropeado el cuadro; pero no, lo has dado más belleza y profundidad.
    Lamento que la tía Mercedes no encontrase la puerta, hay muchas vidas (normalmente de mujeres) que quedan truncadas para mantener otras vidas. Es un sacrificio inmenso que no se agradece.
    Un beso, Luisa.

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    1. Tienes razón, Luisa, no se agradece, se considera que es una obligación y punto. Compartiendo tareas se pueden mantener vidas sin truncar ninguna.

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  4. Vaya frase final! Muy buena, Elisa

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  5. Qué maravilla, Elisa. La forma de contarlo, yo me he metido en la historia poco a poco, de puntillas, para acabar con esa ventana como si fuera un muro.
    El mensaje sería "nunca olvides que hay un mundo más allá de esta casa donde tu deberás estar"
    Gracias por escribir tan bonito!
    Un abrazo

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    1. Ana, a mí me gusta pensar que la madre pretendía evitar su sacrificio, pero luego las cosas fueron como fueron...

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  6. Bravo, Elisa. Maravilloso.
    Un abrazo.

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    1. ¿También las argentinas-andaluzas son exageradas? Un beso, Sara.

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  7. Qué bonito Elisa. Me encanta como nos has metido en la historia y la manera en que has plasmado la diferencia entre tener una ventana o una puerta abierta. Para mí, desde luego, no es lo mismo.

    Un abrazo.

    P.D. Me lo dejas poner en mi Mención Especial?

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    1. Tienes razón, Su, no es lo mismo mirar por la ventana que escapar de las ratoneras por la puerta. Puertas abiertas siempre, para entrar y salir cuando se necesite y se desee.

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  8. Una pieza llena de sensibilidad y que muestra y no dice.
    Se me ocurre que siempre está a tiempo de pintar una puerta, aunque sea a lápiz.


    Salut

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    1. Rosana, ese tienes que escribirlo tú, la encerrada o el encerrado que se pintan la puerta. Recuerdo ese precioso micro tuyo de un cuadro que también es una especie de punto de fuga.

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  9. Tu joyero estará repleto de joyas como ésta. Porque ahí es donde las guardas ¿verdad?

    Un abrazo admirado, Elisa.

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    1. Ay, chiquilla, otra exagerá, pero me alegra que te guste.

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  10. Este cuadro siempre me ha gustado, pero ahora le añado otra dimensión, que no es la cuarta es la de tu forma de darle darle una historia, una vida.

    Abrazos, Elisa.

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    1. Bueno, dos líneas y media, y me he comido una coma, he repetido una palabra... sólo me ha faltado poner historia sin hache...

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    2. Miguelángel, los comentarios están para las faltas... son rápidos como conversaciones, no podría ser de otra manera. El que encuentres vida en la historia es un gran halago para mí.

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  11. Maravilloso!! me ha encantado, es genial. El cuadro es uno de mis favoritos y que hayas construido la historia a partir de ahí, de esa imagen, me ha ganado, pero es que cuando he ido recorriendo la espectacular narrativa con la que tratas el tema, y me has dado en todo el corazón con esa frase final, solo he podido ponerme en pie y aplaudir. Enhorabuena por esa puerta ausente que es una metáfora grandiosa. Besos.

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  12. Elisa comparto con Luisa que asumiste un alto riesgo al enfrentarte a un cuadro tan bonito y conocido, y que lo has solucionado con matrícula de honor. Comparto con todos que el tuyo es un relato maravillosamente contado y con Miguelángel que le has añadido una nueva dimensión indisoluble al cuadro. Sin duda, como comenta Mar, tienes una habilidad especial para entrelazarte con las imágenes, generar nuevos planos, tesituras...darles una nueva lectura (nunca mejor dicho). Por eso vuelvo a invitarte a ti, y por extensión a todo aquel al que le guste el ejercicio de aventurarse a escribir historias a partir de imágenes a participar en el blog http://lacamaradeescribir.wordpress.com
    ¡Salud!

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    1. Alex, he pasado por allí más de una vez, pero no termino de entender la mecánica. Tendré que mandarte un correo para preguntarte unas cosillas.

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  13. Un cuadro que siempre me ha parecido muy sugerente, ahora ya es inevitable que lo asocie a tu micro, no seré capaz de verlo sin acordarme de esta historia y ese final sin puerta.

    Me repito, pero me encantan tus micros.

    Besitos

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    1. Gracias, Elysa, un honor que te acuerdes de la historia cuando veas el cuadro. Precisamente yo lo descubrí porque un amigo (bueno, un amor de verano) me regaló una postal con el cuadro hace... mejor no contar los años.

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  14. Qué gran final, una puerta abierta por la que haber podido salir en alguna ocasión —que no escapar, pues no la veo así. Me gustó

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  15. he sentido cosas. no es fácil que un micro me sacuda por dentro. elisa, un abrazo. y otro para la muchacha del cuadro.

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  16. Elisa, este relato es lo mejor de lo mejor. En cada MR te superas.
    Me recordó la tía Tula, el mar y no se cuantos deseos y recuerdos más.
    Besos
    Pedro S Vera

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  17. Muy bueno, Elisa, me gusta cómo redibujas el cuadro desde tu punto de vista, y qué bien lo cierras con esa puerta que pudo ser y nunca fue. Abrazos.

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