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Fotografía de Ángeles Sánchez |
Fotógrafo leridano establecido en Madrid que consiguió, gracias a una cámara de su invención, retratar los ángeles custodios de sus modelos. Tras advertir que el ángel de la guarda de María Vicenta Martínez Soldevilla, la beatita de Atocha, lucía pezuñas de cabra, cuernos y rabo, inició las investigaciones que le llevaron a demostrar que la belleza de los ángeles era inversamente proporcional a la bondad de sus custodiados, como si estos ejercieran sobre los primeros una suerte de vampirismo. Durante la revolución del 68 en el saqueo de su estudio —en cuyo escaparate se exponía una fotografía de Isabel II acompañada de un serafín de de dulcísima expresión y singular belleza— fueron destruidas la cámara Rius y la mayor parte de las placas angélicas. A partir de ese momento se pierde el rastro del artista, de quien no se volvió a tener noticia cierta.