21 may 2010
Un marido ideal
No sé cómo puede confundirme con ese tipo que trabaja de ocho a tres, hace la compra y la lleva del brazo a pasear. Una vez que esa copia desangelada se me escapó, ella se ofreció a cosérmela para que no la perdiera de nuevo. Con sus mañas se las ha ingeniado para deshacer las puntadas y apropiársela, pero el auténtico Peter soy yo y, aunque sin sombra, sigo viviendo en Nunca-Jamás.
Ilustración de Rafa Simón
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Te dejo este a ver qué te parece: http://estebandublin.blogspot.com/2010/04/nunca-jamas.html
ResponderEliminarLa primera frase la encuentro sencillamente genial, sugerente. Engresca a seguir leyendo, luego quizás el exceso de expectativa hizo que la historia que sigue no me haya entusiasmado mucho.
ResponderEliminarTe digo, mi vida, que no eres muy original... apuesto a que muchas de nosotras hemos vivido con la sombra de un Peter en casa.
ResponderEliminarEl relato me gustó mucho!
Besos,
Esteban, muy buen micro, aunque lo del "hedor que expelía" me parece un poco de ensañamiento con el pobre Peter. El final, genial.
ResponderEliminarIsabel, otra vez será... y a mí que lo que me gusta es el final...
Claudia, yo también, creo que al menos un par de veces ;). Besos.
Es maravilloso cómo estos personajes: Peter Pan, Caperucita -como en el texto anterior- etc., se prestan al juego intertextual; claro que, para que no se enojen y abandonen las páginas para atormentarnos, hay que hacerlo así de bien como tú lo haces.
ResponderEliminarSaludos.
Me olvidaba comentarte, no sé si será un problema de mi navegador, pero al desplegar la barra lateral no se ve completa: se corta a la altura de "Autobombo" :(
ResponderEliminarGabriel, tus comentarios siempre me animan a seguir escribiendo, gracias.
ResponderEliminarNo es problema del navegador, sino de la plantilla, que tiene ese defecto, así que cuando tenga tiempo tendré que buscar otra, porque el menú lateral cada vez se estira más y no cabe.
Gabriel tiene razón. Recurrir a la intertextualidad es muy fácil, pero eso no asegura que siempre quede bien.
ResponderEliminarUn saludo, Elisa. Gracias por tu comentario.