Ilustración de Dani Torrent |
El Monstruoscopio es un divertidisímo concurso en siete rondas organizado por Mel Nebrea en la web Esta noche te cuento. En esta ocasión se ha dedicado a los cuentos tradicionales. Todos los inscritos al concurso participábamos bajo un seudónimo que no se desvelaba hasta el final. El mío fue «Sastrecillo valiente» y, además de traerme tanta suerte que quedé segunda en el torneo, sirvió de inspiración a alguno de mis microrrelatos, entre ellos a este que debía estar protagonizado por él e incluir la palabra «paracaídas».
Genio y figura
En la tierra de Fantasía todos pasamos por una etapa de peligros
y aventuras que crea adicción. Después vienen los finales felices, la inactividad,
el aburrimiento. Para escapar sin darnos un batacazo se me ocurrió coser
cuidadosamente grandes trozos de seda que, sujetos con cuerdas al cuerpo, se
desplegaran al caer. Paracaídas, le puse a mi invento. Caperucita fue la
primera en aterrizar en Realidad sin hacerse daño. Allí ha creado un servicio
de cáterin para abuelos que viven solos. La siguieron Blancanieves, que produce
manzanas ecológicas; Pinocho, que limpia los bosques para que no se produzcan
incendios; y tantos más que, como sastre, ya no soy necesario. Acabo de
enterarme de que andan por allá abajo, abusando de la gente, unos gigantes
terribles, así que he decidido lanzarme también. ¡Temblad Uber, Amazon,
Microsoft, Google..! ¡Como me llamo Valiente, que me cargo a siete de un golpe!
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