Estaban tan unidos que parecían confundirse en un solo ser, pero la diferencia de orígenes, gustos y aficiones acabó imponiéndose: por un lado escaparon el lomo, el vientre, las cuatro patas sobre pezuñas indómitas; por el otro, el torso varonil, con su casco de bronce y su barba recortada.
Centauro de Los Rollos |
Je je, hay relaciones que parecen condenadas ya desde el principio, je je.
ResponderEliminarUn beso Justero Elisa.
Otro beso, señor oso.
EliminarMuy bueno, Elisa.
ResponderEliminarBesosss navideños ;-)
¿Te suena de algo ;-)? Besos postnavideños (qué dura es la vuelta al cole).
EliminarBien Elisa, me gusta, te debía visitas y enhorabuena por tu premio en ENTC. Saludos.
ResponderEliminarY espero no recordar tu relato Divorcio cuando sienta molestias en mi tripa, quién sabe en qué podría dividirme.
Gracias por la visita y la enhorabuena. Ten cuidado, no vayas a demediarte, como el conde. Un abrazo.
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