José Hernández, La máscara del olvido |
Se consuela consumiendo la dulce flor del loto. No desea olvidar su abandono, solo —si él regresara— poder enamorarse de nuevo, como si nunca lo hubiera conocido.
Esta fue mi apuesta en la primera ronda de las IV Microjustas literarias. Pasé por los pelos, pero recibí una apasionada defensa, que agradezco, del beligerante señor Casquillo. El tema era el loto, claro.
Pues bravo por el Sr. Casquillo ;-) Poco más se puede añadir. Enhorabuena.
ResponderEliminarEl señor Casquillo no tiene pelos en la lengua, por eso me gustaron sus comentarios, gracias mil, David, por visitar y comentar.
EliminarSólo por lo que tiene de poesía y de deseos, el micro merece todos los elogios.
ResponderEliminarEnhorabuena!
Besos.
Gracias, Ricardo, un placer recibir tu visita, y si fuese sin elogios, también.
EliminarPoético micro, Elisa. Enhorabuena.
ResponderEliminarAbrazo fuerte.
Otro abrazo, Mónica, desde el otro lado del mar.
Eliminar¿Casquillo? vaya, vaya, de lo que se entera una. Bello este micro circular.
ResponderEliminarCasquillo es todo un personaje, don Suero. Me gusta tu apreciación (lo de circular), es lo que tiene la desmemoria. Un beso.
EliminarEs precioso, Elisa y muy poético.
ResponderEliminarBesitos
Gracias, Elysa.
EliminarEs precioso: poder enamorarse de nuevo como si nunca lo hubiera conocido. Es un nanorrelato en sí mismo. Un beso.
ResponderEliminarEs verdad, Mar, podría ser todavía más corto, otro beso.
EliminarVolver a empezar :-)
ResponderEliminarUn beso.
Volver a empezar, sí, aunque eso de volver a empezar con el mismo puede ser bueno o malo :-). Un beso.
EliminarEso sería como hacer un "Reset" de amor, Elisa. Qué bueno sería.
ResponderEliminarUn abrazo.
Resetearse a diario, pero sin abandono previo, eso sí que estaría bien. Gracias por comentar, Miquelángel.
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