Procedencia de la imagen |
Al principio parecía inconcebible que una de las más bellas descendientes de nuestro antiguo linaje se hubiera enamorado de un advenedizo tan poco glamuroso. Sin embargo, resulta conmovedor ver cómo le ofrece cada pieza capturada y cómo espera pacientemente a que ella succione con sus delicados colmillos hasta la última gota de sangre del humano, antes de lanzarse él a devorarlo. Ya hemos empezado a mirar con otros ojos su relación. Aunque, desde luego, no estamos dispuestos a invitar a ese zombi a nuestro castillo hasta que no sea capaz guardar un mínimo de modales en la mesa.
Luego así pasa.
ResponderEliminarde romeos y julietas está el mundo (de los vivos, muertos y no-muertos) lleno.
ResponderEliminar