Capitel de la colegiata de Alquézar (Huesca)
La serpiente me quedó demasiado gorda, en el centro, sacando la lengua partida. Adán y Eva me habían salido mejor, desnudos, tapándose sus partes con las manos. Ya nadie encarga las pinturas de los milagros para dejarlas en las iglesias, prefieren fotografías, y los zapatistas han ahuyentado a los turistas, así que los doscientos pesos que me dio la señora me cayeron como del cielo. Era un capricho que tenía desde chiquita, me contó, de cuando estudiaba el catecismo. Aquella noche les dimos a los niños tamales de pollo y durmieron con la panza llena.
Cuando, a los pocos días, le picó a la doña la víbora barba amarilla mientras sembraba fríjoles en la milpa y el veneno la mató, maldije mi mala suerte; la chingaste, viejo, pensé, no vuelves a vender ni uno. No podía imaginar que empezaría a tener más encargos que nunca. Siempre Adán y Eva saliendo del Paraíso. No olvides la serpiente, me decían. De repente todos tenían suegras, cuñados, hermanos o vecinos a quien regalar cuadritos.
Jajajaja! Creo que ya lo había leído en tu anterior blog, pero es buenísimo. Me ha vuelto a arrancar una sonrisa! (yo también sé de más de uno a quien le regalaría uno de esos cuadros!! XDDD)
ResponderEliminarSí, ya lo había publicado, pero tengo debilidad por esta historia, así que no podía prescindir de ella en este blog.
ResponderEliminarEspero que no tengas demasiado cerca a esos a los que les regalarías los cuadros XD.
Yo también ya lo había leído pero es un placer volver a hacerlo. Me parece fantástico que rescates de tu otra bitácora estas minis para esta maravillosa Pativanesca.
ResponderEliminarSaludos.
Que bueno, desde el principio hasta el final.
ResponderEliminarSupervivencia y suerte.
Precioso cuento.Con pintura que muestra tanto,que nos da una visión al infinito de su escenario y de las almas que lo poblan.
ResponderEliminarEs como un chachachá en Chichen Itzá.
Me gusta mucho, tiene misterio, ironía y el exotismo de situarlo en México.
ResponderEliminarSuerte.
Maru
Hey, ¿Maru nuestra Maru? Gracias.
ResponderEliminarJaja a mí también me hizo sonreír. Buena historia.
ResponderEliminarSaludos
Este... conocés al pintor? jajá
ResponderEliminarExcelente elección Elisa, siempre es un gusto leerte.
Patricia, que yo creía que tú eras toda bondad y no le deseabas el mal a nadie, no me decepciones ;).
ResponderEliminarFenomenal, me gusta mucho esa leyenda escondida que se creó con el primer cuadro, y esa perspectiva de que nunca está todo perdido. Felicidades.
ResponderEliminarAl igual que los obsequiados yo tampoco conocía la leyenda. Esto demuestra que la cultura puede ser útil hasta para sobrevivir. Muy bueno!!
ResponderEliminarJajaja! lo vuelvo a leer y me vuelvo a sonreir. Excelente micro Elisa!
ResponderEliminarSaludos!
Me gusta, Elisa, la naturalidad con que alguien se convierte en pintor de serpientes de la vida futura.
ResponderEliminarTambién me quedo con las ganas de saber qué mas puede pintar, hasta dónde querría llegar...
Saludos.
P.
Propílogo, no creo mucho en las dotes adivinatorias del pintor, sino en la mente crédula de las personas, así que el pobre no llegará muy lejos, dentro de poco si no hay epidemia de picaduras se le acaba el negocio.
ResponderEliminarMaite, Julio, Claudia, es un placer volver a veros por aquí.
Hola Elisa
ResponderEliminarQuería invitarte a que pases por mi blog y leas la narración homenaje a todos los compañeros de anónima: http://azullavable.blogspot.com/2010/10/ejercitando-la-derrota.html
Saludos
Julio