27 feb 2010

Minifabulario

Desencuentros



Éste que veis aquí, cubierto de dentelladas y garrapatas, es Philos, el fiel compañero de Aracne, la muchacha de ágiles dedos que osó desafiar a Palas Atenea. Privado de los cuidados de su ama, vaga por la ciudad acompañado de una jauría de canes que se disputan los despojos con las aves carroñeras. Mas todas las noches regresa al jardín de su antiguo hogar y persigue, enloquecido, el rastro de Aracne entre los setos. Afortunadamente, es incapaz de oír cómo ella lo maldice cuando, en su afán, destroza las redes que se ve obligada a tejer sin descanso para conseguir su sustento y el de su prole.

De la importancia de la aplicación en el estudio



Tras las brillantes victorias de la tortuga sobre Aquiles y sobre la liebre, la zorra, siempre al quite, organizó un negocio de apuestas: la gacela compitió con el erizo, el antílope con el oso hormiguero, el guepardo con el perezoso… Frente al asno, el elefante era el claro favorito, lástima que tomó demasiado impulso. Muchos años después, los tripulantes de una nave procedente de un lejano planeta lo avistaron orbitando en torno a Júpiter y lamentándose aún por no haber prestado atención cuando en la escuela le explicaron las leyes de la inercia.

Las mil y una revisitadas

Dedicada al elefante funambulista.


El elefante, sobre la tela de una araña, tomaba más y más impulso en su balanceo hasta que salió despedido y, atravesando la atmósfera, llegó al espacio exterior. Inmediatamente fue avistado por un comando de extraterrestres hambrientos. Salvó la vida no más por su inagotable capacidad de inventar historias.


Del poder de la literatura

Andaban los ratones discutiendo quién le ponía el cascabel al gato cuando se ofreció voluntaria una ratona letrada y marisabidilla. Ocultando tras de sí la esquila, se acercó al gato y, ante el estupor de éste, comenzó a narrarle la historia de aquella muchacha, de nombre Sherezade, que casó con un rey despechado. El nerviosismo inicial de la ratona se fue disipando al observar la sonrisa del minino, que esperaba a que ella, al llegar al momento culminante de su narración, paladeara el triunfo.

—Lástima que la diversión previa a la cena no exija siempre tan poco esfuerzo por mi parte— piensa mientras la sorprende con un zarpazo y la engulle de un bocado.


Imágenes de Alejandro Gelaz 

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6 comentarios:

  1. Gracias, Antonio, me alegra que te gusten.

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  2. Elisa, todas estas fábulas me gustaron desde la primera vez que las leí. Lástima que a “De la importancia de la aplicación en el estudio”, en Minificciones no le hicieran justicia. Error que Lilian subsanó con argumentado juicio. Sin embargo, si he de quedarme con una, lo hago con “Las mil y una revisitadas” ;) Con tu permiso me gustaría publicarla en mi bitácora a dúo con aquélla, precisamente, de la araña y los elefantes okupas ("En todos lados se cuecen habas").

    Un abrazo.

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  3. Gabriel, no tienes que pedir permiso, es tuya, que para eso te la dediqué, y nada me haría más ilusión que verla en tu blog.
    Yo no diría que a la mini "no se le hizo justicia", si en la literatura el gusto personal condiciona, mucho más en las minis. Ver que en un sitio seleccionan lo que en otro no es un acicate para seguir escribiendo con la ilusión de encontrar un lector al que le interesen tus textos.
    Fíjate, mi mini preferida es la última y es la que ha pasado desapercibida, a veces es duro competir con una misma. ;)

    Un abrazo también para ti.

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  4. Pues a mí no me pasó desapercibido el último, de hecho, igual que a ti, es el que más me ha gustado :)
    Y eso que el que le dedicas a Gabriel (lo había leído antes en su blog) me ha encantado! Me resultó tan tierno... quizás porque me recordó a la canción infantil.. un elefante se balanceaba... nanana... :)
    Me gusta como ha quedado tu nuevo blog de minis! Te agrego a mi blogroll, no sé por qué no te tenía!

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  5. Virginia, gracias por la visita. Por supuesto la mini está inspirada en la canción, como supongo que lo está también el nombre de la bitácora de Gabriel. Me alegro de que te guste mi gata, le tengo cariño aunque se la coma el perverso gato.
    Nos leemos.

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