30 sept 2020

Son sin fronteras

Procedencia de la imagen: ecomovilidad.net


Cada mañana, al verla pasar camino del andén, el saxofonista le dedicaba lo mejor de su repertorio, pero ni el jazz, ni las bulerías, ni el merengue, ni los boleros conseguían que la muchacha acompasara sus pasos al ritmo de la música. Aquella cintura de guitarra y aquellas nalgas, redondas y duras como timbales, ondeaban con un cadencia particular, ensimismada, que él solo comprendió el día en que la vio bajar las escaleras conversando por gestos con una amiga. Desde entonces estudia la lengua de signos, decidido a contarle que está componiendo una sonata para piel y dedos, por si ella quisiera que la interpretasen al alimón

Este micro ha sido seleccionado en la convocatoria de ENTC dedicada a la música y aparecerá en el libro recopilatorio de 2020 con el resto de textos seleccionados en los diversos concursos dicha web. Y yo, muy contenta.

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