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Libre y feliz, la pulga aprehendía en cada salto mínimas fracciones de realidad y convertía sus aventuras en microrrelatos que la ayudaban a comprender lo complejo y variado del universo.
Decidida alcanzar la fama, la inteligente pulga consiguió ser seleccionada para el circo. Tras golpearse una y otra vez contra el techo de la cajita donde la encierran ha renunciado al salto. Bien adiestrada, empuja en cada función la misma bola impregnada en repelente a cambio de unas pocas gotas de sangre de su explotador. Ahora escribe una novela realista sobre la sórdida vida de las pulgas esclavas y la consume la prisa: con una esperanza de vida de dos meses, es más que probable que nuestra pulga no alcance a dar fin a su obra.
Pero siempre podrá apostar por un longseller póstumo, ¿no?
ResponderEliminarBuen micro, Elisa; de los que apuestan por lo fantástico e insólito, haciendo verosímil una pulga escritora.
Mis aplausos.
Excelente micro, me gusta y aplaudo tu ingenio, toda una vida en una brevedad. Un abrazo y feliz año
ResponderEliminarRuben
www.senddero.wordpress.com
Me encantan este tipo de micros,Elisa. Humanizar una pulga. Pulgarizar a lo humano. ¡Hay que convencer a la pulga que escriba un cuento corto!
ResponderEliminarUn abrazo
Interesante vida la que le das a esta pulga. Me parece muy, muy original, Elisa. Un placer.
ResponderEliminarUn abrazo.