6 dic 2020

Amigos para siempre

La pandilla, tarde en la playa (h.1950?) Foto: José Bataller


Había sido un día estupendo y la foto lo reflejaba tan bien que decidió imprimirla. Las chicas sentadas delante, morenas y sonrientes. Los muchachos arrodillados detrás, los brazos de unos apoyados en los hombros de los otros, remarcando la complicidad masculina. La luz del atardecer teñía de oro viejo la arena y de malva rosado el horizonte. Cuando ya al final del verano Sergio la dejó por Mati, a Rosa le dio pena deshacerse de la fotografía, recortó las figuras de los dos traidores y les prendió fuego con una cerilla. Una semana después tuvieron el accidente con la moto.


A Lidia la recortó en el otoño, porque no la invitó a París, adonde fue de Erasmus. A Martín, por no darle trabajo en el bar de su padre. Murieron juntos, asfixiados, en el incendio de la discoteca Zodiac. A partir de entonces Rosa actuó con más consciencia. Lo de Mariela, diagnosticada de un tumor incurable, fue una forma piadosa de evitarle sufrimientos. Víctor se lo mereció: solo un perfecto hijo de puta se echa novia nueva a los quince días de morir la suya. A Eduardo no le perdonó que, después de tantas desgracias, decidiera rehuirla. Fue un infarto fulminante, rarísimo en alguien de menos de treinta años.

Lo ha intentado con otras fotos, pero no funciona. No es solo el recortado, quizás el instante de apretar el botón, la persona que lo hizo o la irrepetible combinación de líquido y papel en que quedó plasmada la escena. Solo sabe que para vivir debe preservar a toda costa esa imagen suya rodeada de huecos. Y que a veces se sorprende abriendo con una mano el cajón donde la guarda mientras con la otra empuña un par de tijeras.

Este microrrelato ha resultado ganador en el XVIII Certamen Internacional de Microcuento Fantástico miNatura 2020. En este enlace se puede consultar el acta del jurado con un generoso comentario de Ricardo Acevedo Esplugas.

27 nov 2020

Juntos

Foto de Alessandro Vannucci en Flickr


La sombra miraba envidiosa cómo las demás jugaban a pídola, al rescate, a policías y ladrones, al fútbol. Ser la sombra de un niño sin amigos, que se sienta solo en un rincón del patio, es muy aburrido; por eso decidió rebelarse. Aprovechó el momento en que la pelota rebotó junto a ellos para alargar la pierna y pegarle con todas sus fuerzas. Después echó a correr, pero una sombra no puede despegarse de su dueño. Así que el niño tuvo que salir corriendo arrastrado por ella. Desde entonces juegan con los demás, a pídola, al rescate, a policías y ladrones, al fútbol. No son una sombra que imita a un niño, sino un niño que imita a una sombra, pero de eso nadie se da cuenta.

Este micro es uno de los que forma Pequeficciones, antología de minificciones para niños, compilada por José Manuel Ortiz Soto y Chris Morales, publicada por Parafernalia Ediciones Digitales, que se puede descargar gratuitamente en pdf.

Juntos se leyó el día de la presentación de pequeficciones, lo podéis escuchar a continuación junto a otros textos de Miguel  Ángel Flores y Elena Bethencourt.


27 oct 2020

Trampantojos

 

Cityscape, de Michael Wolgemut 


Al abrir la puerta y atravesar la muralla de Mnemosina, los contornos de los hechos se difuminan y los rostros de sus protagonistas se emborronan. Convertidas en cicatrices desvaídas, las heridas dejan de sangrar. La fealdad y el horror se desvanecen y dan paso una belleza gris, algodonosa, sin aristas. El viajero que se adentra demasiado en los recovecos de sus callejuelas se convierte en rehén de la ciudad: dedicado al culto de la memoria, olvida que existe una salida.

Microrrelato ganador del concurso convocado por Sevilee.

5 oct 2020

En la revista Abisinia


 

Estoy muy agradecida a Mónica Brasca y a Fredy Yezzed por incluir cinco micros míos en el primer número de Abisinia, revista dedicada a la literatura que guarda en cada número un rinconcito para la minificción. Se pueden leer este enlace.

30 sept 2020

Son sin fronteras

Procedencia de la imagen: ecomovilidad.net


Cada mañana, al verla pasar camino del andén, el saxofonista le dedicaba lo mejor de su repertorio, pero ni el jazz, ni las bulerías, ni el merengue, ni los boleros conseguían que la muchacha acompasara sus pasos al ritmo de la música. Aquella cintura de guitarra y aquellas nalgas, redondas y duras como timbales, ondeaban con un cadencia particular, ensimismada, que él solo comprendió el día en que la vio bajar las escaleras conversando por gestos con una amiga. Desde entonces estudia la lengua de signos, decidido a contarle que está componiendo una sonata para piel y dedos, por si ella quisiera que la interpretasen al alimón

Este micro ha sido seleccionado en la convocatoria de ENTC dedicada a la música y aparecerá en el libro recopilatorio de 2020 con el resto de textos seleccionados en los diversos concursos dicha web. Y yo, muy contenta.

1 sept 2020

En La Mangata

La escritora Paola Tena colabora en un interesante programa de radio tinerfeño y he tenido la suerte de que dedique uno de sus espacios a mis microrrelatos. Le agradezco mucho sus generosas palabras, como esto de escribir a veces da palo, escuchar a Paola me ha subido la moral. Por si alguien lo escucha, aclaro que hubo un pequeño malentendido. Le comenté a Paola que mi padre había nacido en Agaete y que casi toda mi familia paterna vive en Gran Canaria y Sofía Ramos me dio el título de canariona, pero solo lo soy en un cincuenta por ciento, el otro cincuenta es sevillano y, como saben quienes me conocen, nací y he vivido siempre en Sevilla.

 

16 jul 2020

"Para comerte mejor" en el café del Metro Teatro de Buenos Aires




Esa tentación de googlear tu nombre (o en este caso, el nombre del blog) a veces depara sorpresas. Hoy encontré este vídeo que lleva en Youtube más de un año, y yo sin enterarme. Naph Thalie, con su maravilloso acento argentino, recrea uno de los micros de este blog, Para comerte mejor. Lo mejor es oír las risas del público al terminar la narración, pero es que ella sabe cargar de intención el relato.

13 jul 2020

Encarnación

Casa en Laza (Orense)

Porque eran valientes y pobres se atrevieron a alquilar la mansión, tanto tiempo abandonada. Ella era alegre como un pájaro; él, habilidoso y reconcentrado. Entre los dos recolocaron tejas, empapelaron paredes, tapizaron los muebles. De noche se amaban con una pasión tierna que pronto me permitió anidar en el vientre de la muchacha y, mientras el fuego de la chimenea convertía el caserón en hogar, la sangre volvió a recorrer mis venas heladas, mi cuerpo se meció dentro del suyo y mis oídos escucharon, amortiguado por el líquido amniótico, el tarareo de una nana. 

Meses después los vi recoger sus cosas. Lloré, acaricié sus rostros con mis manos pequeñas, vacié a escondidas las maletas que acababan de llenar. Fue inútil. Se fueron −como todos mis padres anteriores− dejando la cuna olvidada y reprochándose uno a otro haber desatendido los rumores sobre este lugar maldito donde las niñas siempre nacen muertas.

Este relato es el que apareció publicado en el libro recopilatorio de ENTC titulado EN7Colores donde me colé gracias a haber alcanzado la final del Monstruoscopio, concurso anual comvocado por Mel Nebrea.

6 jul 2020

Expansión



Durante el tiempo en que estuvo encerrada descubrió que en su casa cabían un restaurante, una sala de baile, una biblioteca, un cine, una peluquería, un gimnasio... Hace más de un mes que levantaron el confinamiento, pero ella, perdida entre tantas dependencias, todavía no ha encontrado la salida.

10 abr 2020

De recogida



Jesús de la Sentencia, fotografía de José Luis Flores

A José Luis Flores, macareno, que me prestó la foto.

Las palabras tienen mal fario y esa ni se nombra. Esperanza se revienta a limpiar el piso con lejía y ha hecho torrijas para todo el vecindario, pero aún así no duerme. De madrugada, asomada al balcón, aguarda a que regrese de la guardia de urgencias. Hasta que la ve venir la impaciencia le redobla en el pecho como si desfilase por él la banda de cornetas y tambores que acompaña a la cruz de guía. Despacito, por la calle Parras, con los zapatos planos, el pelo recogido en una coleta y la sonrisa entreverada de lágrimas, su niña se le mece al compás de Campanilleros. Al llegar no hay besos ni abrazos. 

—Dos metros de distancia, mamá—le dice inflexible antes de acostarse. — Y no tengas tanto miedo, si "eso" es como una gripe. 

¡Como una gripe! ¡O no! Cuando ya se ha dormido, Esperanza baja sigilosa al zaguán y amenaza al Sentencia*: 

—¡Como me hagas cantar una saeta, te arranco del azulejo! 



*Jesús de la Sentencia, conocido popularmente como "el Sentencia", es el Cristo titular de la conocida hermandad de la Macarena que procesiona por Sevilla la madrugada del Viernes Santo.


7 abr 2020

No olvides la serpiente



Quarks Ediciones Digitales ha tenido la gentileza de publicar una miniantología de dieciséis microrrelatos que recopilé bajo el título de No olvides la serpiente. Se puede descargar gratuitamente desde el blog de la editorial. A los interesados en el microrrelato les recomiende que den un buen paseo por la página, visiten el catálogo y se lo descarguen enterito, la nómina de autores es excelente.


13 mar 2020

Pérdidas





A veces a los escritores de microrrelatos nos pasan cosas bonitas. En el encuentro anual de ENTC se proyectó un corto que ha hecho el grupo de teatro de la ANATE a partir de mi microrrelato Pérdidas. Como esto de los blogs quedó desfasado, aunque yo me empeñe en no abandonarlo del todo, y ya no se encuentran lectores ni comentarios ha sido una gran alegría que ellos se hayan acordado de mi texto y hayan hecho esta versión tan bonita que aquí comparto. Muchas gracias a Paloma Casado, enteciana acérrima, y, por supuesto a Juan Morán, JAMS, creador de sinergias.

18 ene 2020

Antagonista

Ilustración de Trina Shart Hyman para Peter Pan y Wendy
          
          Desde que el cocodrilo se zampó a Garfio, el tedio reina en Nunca Jamás. Los piratas se dedican a la pesca, las sirenas han dejado de engalanarse y los pieles rojas engordan devorando búfalos. Los niños perdidos, para sacudir el aburrimiento, se enfrentan entre ellos con desgana, escondiendo una mano tras un garfio postizo. La situación es tan insostenible que Peter decide tomar cartas en el asunto. Elige para combatir a uno de los chiquillos, alto, espigado, elegante, lo acorrala contra un árbol, levanta la daga y cercena su mano izquierda. El brillo del odio aparece en el rostro del mutilado, el tic-tac del reloj se reactiva en el vientre del viejo cocodrilo, comienzan a oírse tambores de guerra y un excitante temblor recorre el vientre de Campanilla.

14 ene 2020

Nuevas aventuras del sastrecillo valiente II




          En la última ronda del Monstruoscopio Papá Noel tuvo la humorada de enviar al sastrecillo a pasar un fin de semana a un castillo de esos de irás y no volverás, pero su proverbial ingenio lo libró de una muerte segura. Mi micro era la continuación de otro escrito por un terrible rival, nada menos que el Sombrerero Loco, seudónimo que encubría a Asun Paredes, amiga, paisana y estupenda cuentista (en el buen sentido 😉 ).

Desayuno de gala

           

Cinco hermosas criaturas de colmillos lobunos me rodeaban.

―No podéis devorarme de esa guisa ―dije señalando sus ropas ajadas por el tiempo―. Merezco que luzcáis más lindas prendas. 

―¡Tenemos hambre! ―gritaron al unísono. 

―Prometo que disfrutaréis de vuestro desayuno con los mejores atavíos que pudieráis soñar. 

La coquetería hizo brillar sus ojos. Les tomé medidas. Aprovechando cortinas y manteles, cosí toda la noche hasta que cinco preciosos vestidos se ajustaban perfectamente a sus cuerpos salvo por... algún pequeño detalle. Al amanecer, acudieron presurosas a probarse. 

―Se te ciñe al trasero ―dijo una. 

―Pues a ti te aplasta las tetas ―contestó otra. 

―¿Me has llamado culona? 

―¿Pechugona yo? 

―¿Insinúas que mis brazos son gordos? 

―El bajo te arrastra, ¡enana! 

―¡Barriguda! 

Enseguida las cinco ogresas formaban un amasijo que se estremecía a puñetazos, patadas y garfañones. Cuando el padre se acercó a devanar aquella maraña, salí corriendo del castillo para no volver.

8 ene 2020

Nuevas aventuras del sastrecillo valiente I

Ilustración de Dani Torrent

          El Monstruoscopio es un divertidisímo concurso en siete rondas organizado por Mel Nebrea en la web Esta noche te cuento. En esta ocasión se ha dedicado a los cuentos tradicionales. Todos los inscritos al concurso participábamos bajo un seudónimo que no se desvelaba hasta el final. El mío fue «Sastrecillo valiente» y, además de traerme tanta suerte que quedé segunda en el torneo, sirvió de inspiración a alguno de mis microrrelatos, entre ellos a este que debía estar protagonizado por él e incluir la palabra «paracaídas».

Genio y figura


         
          En la tierra de Fantasía todos pasamos por una etapa de peligros y aventuras que crea adicción. Después vienen los finales felices, la inactividad, el aburrimiento. Para escapar sin darnos un batacazo se me ocurrió coser cuidadosamente grandes trozos de seda que, sujetos con cuerdas al cuerpo, se desplegaran al caer. Paracaídas, le puse a mi invento. Caperucita fue la primera en aterrizar en Realidad sin hacerse daño. Allí ha creado un servicio de cáterin para abuelos que viven solos. La siguieron Blancanieves, que produce manzanas ecológicas; Pinocho, que limpia los bosques para que no se produzcan incendios; y tantos más que, como sastre, ya no soy necesario. Acabo de enterarme de que andan por allá abajo, abusando de la gente, unos gigantes terribles, así que he decidido lanzarme también. ¡Temblad Uber, Amazon, Microsoft, Google..! ¡Como me llamo Valiente, que me cargo a siete de un golpe!