Petite wallpaper, de Mathilde, en Deviant art |
Toca la sirena. Nerea sale al sol del patio y marcha hacia el corro de chiquillas que parlotean alegres mientras organizan la partida de balón tiro. Cuando la ven llegar, explota un silencio salpicado de risas contenidas. De pronto, a la voz de la capitana, una rubita de ojos claros, el grupo echa a correr tras la pelota.
Nerea queda plantada en medio del albero. Da media vuelta. Se acerca al escalón donde una criatura gruesa, de ojos bovinos, devora su pan con chocolate y le hace, entre dientes, la misma pregunta de todos los días.
—¿Jugamos a los cromos?
Creo que lo mejor de ganar una semana el Wonderland, que siempre hace ilusión, es que hagan un comentario sobre tu microrrelato tan halagador como el que se puede escuchar haciendo clic en la flecha del reproductor. Y oírlo en catalán y entenderlo también me ha encantado. Muchas gracias a Rosa Gil por su amabilidad y por mantener este concurso que tanto nos gusta a los micrrorrelatistas.
Creo que lo mejor de ganar una semana el Wonderland, que siempre hace ilusión, es que hagan un comentario sobre tu microrrelato tan halagador como el que se puede escuchar haciendo clic en la flecha del reproductor. Y oírlo en catalán y entenderlo también me ha encantado. Muchas gracias a Rosa Gil por su amabilidad y por mantener este concurso que tanto nos gusta a los micrrorrelatistas.
Inchs. Qué penita que dan todos, bueno, todos manos tú claro, tú me das mucha alegría cuando sales en el Wonderland, je je. No en serio, me gusta como manejas la escena. Me gusta el silencia que explota, y la "torera" que se arrima al bicho, en el albero, tratando de llevarlo a los medios.
ResponderEliminarAh, y tienes razón, Rosa y su equipo, un encanto.
Besos Elisa.
Besos, Miguel, me alegra que te alegres, además, todo queda entre microjusteros... Un beso.
EliminarEnhorabuena, Elisa, de nuevo. Un gran relato. La descripción de la niña bovina, me encanta.
ResponderEliminarUn abrazo, niña.
Gracias, niño, y que salga todo muy bien en la presentación, ya a puntito.
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ResponderEliminarElysa, creí que te había comentado este micro, no sé, quizás solo lo leí pues también estoy esta año por Wonderland. Es triste lo que cuentas en el relato, esa marginación hacía lo diferente. Tuve que cambiar a mi hijo de colegio.
Enhorabuena por el reconocimiento.
Es triste la marginación, y está mucho más extendida de lo que parece. Quién iba a decir cuando dejaste este comentario que un par de semanas después íbamos a estar sentados con unas cervezas hablando de todo lo divino y lo humano.
EliminarBuen relato. Me quedo con dos cosas: una, la imagen del silencio y las risas contenidas de las niñas cuando llega Nerea; y dos, la expresión "ojos bovinos": nunca la había escuchado y me pareció genial. Un saludo.
ResponderEliminarGracias, Alex, es un placer recibir tu visita y tu comentario.
EliminarEnhorabuena Elisa, no me extraña que lo hayan premiado porque hace "ver" al lector la escena con gran nitidez, y no sólo la escena física lo que se cuece detrás.
ResponderEliminarUn abrazo y a seguir.
Bueno, al menos seguiré escribiendo, a trompicones pero seguiré, es un venenillo que no mata, pero crea adicción.
EliminarUn abrazo.
Felicidades por ganar, yo ando rozando con finales pero falta ese salto de ingenio, calidad y expresión que te ha salido en este texto. Felicidades Elisa.
ResponderEliminarGracias, Manuel, aunque no estoy muy de acuerdo con tu comentario. Entre el ganador y el finalista no hay más que un poco de suerte o coincidir algo más en los gustos o en los intereses del jurado. Tú estás siempre por ahí, cualquier día salta la liebre. Un abrazo.
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